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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Mi general Escobar

Tuve el privilegio de ser comisario político del Estado Mayor del Ejército de Extremadura, que mandaba el general Escobar, y la posibilidad, por esta razón, de tratar íntimamente a un soldado ejemplar que en todo momento fue modelo singular de cómo debía defenderse la legalidad republicana.Cuando lo, fusilaron, en febrero de 1940 -en ese mismo mes ejecutaron en Madrid al presidente del PSOE, José Gómez Osorio, y al secretario general de la Federación de Trabajadores de la Tierra de UGT, Ricardo Zabalza-, los tam-tam de las cárceles nostrajeron a la prisión de Porta Coeli la noticia y el hecho de haber oído misa antes de la ejecución y que se le permitiera mandar al pelotón de fusilamiento.

Durante todo el tiempo que duró su mando en el Ejército de Extremadura -hasta el final de la guerra-, me fue posible comprobar su gran cultura, su especial sentido del humor y su permanente entrega a la función que desempeñaba con tanta brillantez.

El general Escobar tenía un valor exagerado. Daba gusto verlo montado en su caballo en las primeras líneas, con cañonazos y balas por todas partes. Quizá le ayudara su sordera, aun cuando oyera siempre lo que le interesaba.

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No había olvidado nunca su condición de guardia civil que tan dentro llevaba.

La mejor demostración podría encontrarse en. una anécdota que he contado muchas veces a mis amigos que no estuvieron en la guerra civil.

En las últimas operaciones realizadas en Extremadura, y que tenían por objeto aliviar la presión en el frente de Cataluña, vino a reforzar a los cuerpos del ejército empeñados en la lucha el XVII Cuerpo de Ejército -mandado por el coronel Vallejo y cuyo comisario era mi viejo compañero de las Juventudes Socialistas Pepe Laín Entralgo-, que debía contribuir a la ruptura del frente enemigo.

El general Escobar decidió reunir a los jefes y oficiales de este cuerpo de ejército y comenzó su vibrante alocución con un sonoro .¡Soldados del XVII Tercio!", demostrando que en su fuero interno seguía viendo a los guardias civiles como los incansables defensores de la legalidad.

La noche que precedió al comienzo de las operaciones estuvimos hasta el alba hablando de muchas cosas, y el general Escobar, que leía mucho el Quijote, hizo muchas referencias al discurso de las bellotas.

En esta operación se conquistó Fuenteovejuna, y en la iglesia intacta se dijo una misa a la que asistió el general, su ayudante y algunos otros oficiales y soldados.

Al terminarse la guerra, nos despedimos en nuestro puesto de mando en Piedrabuena, y el general Escobar me abrazó, me besó y me dijo -me parece que estas frases relatan de cuerpo entero al general- que era un católico practicante, pero no carca: "Tú eres joven y le haces falta a tu partido y debes salir de España. Yo soy un militar. He perdido. Me van a fusilar. Que Dios perdone mis pecados".

N. B. A todos.,los que conocemos y queremos a Pablo Castellano no puede extrañamos su precocidad, pero ¡hasta el punto de ceder la dirección del PSOE a Julián Besteiro a los cinco años, como figura en la página 192 del premio Planeta! /

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