La venta de participaciones del 'gordo' costeará las fiestas de un pueblo de Teruel que en invierno tiene nueve habitantes
Los de Teruel parece un nombre más apropiado para un grupo folklórico. Y, sin embargo, es un bar. Ahí nació una cascada de casi 8.000 millones de pesetas en premios. Uno de sus dueños, Antonio Ballestero, fue el encargado -junto a José María Lombarte- de comprar las 800.000 pesetas del número 53.288. Vendidas en participaciones de 80 pesetas, iban a servir, un año más, para financiar las fiestas de Planas de Castellote, un pueblecito de Teruel en el que en invierno no quedan más que nueve habitantes. Sólo en ese bar de la calle Ample de Barcelona se vendieron unas 1.000 participaciones. Funcionartos de Correos y clientes del bar fueron algunos de los agraciados por la lluvia de millones, recibida con champaña.
"Es el nuestro, es el nuestro". Antonio Vico Santos, camarero del bar Los de Teruel, seguía con atención la retransmisión del sorteo, mientras servía a los clientes habituales que llenaba n el local. Eran las 9.21 horas y nadie le hizo caso. "Tuve que insistir, hasta que la gente reaccionó". El bar estalló en un grito de júbilo. "Todo el mundo comprobaba sus papeletas, cuando repitieron el número por la tele". Antonio, más calmado, con barba de varios días y el uniforme de trabajo, posaba con una de las participaciones. "Voy a guardarlas al banco". Nacido en Martos (Jaén), soltero y sin compromiso, ha pellizcado cuatro millones de pesetas, que "todavía no sé cómo invertiré; de momento, me voy a tomar unos días de vacaciones".
Corrió el champaña
La persiana metálica del bar fue bajada poco después de salir el gordo, pero en su interior se siguió festejando el premio. "Hemos cerrado porque no tenemos ganas de trabajar". Antonio Sisqués, uno de los dueños del establecimiento, tampoco ponía reparos a los fotógrafos, pero se negaba a desvelar la cantidad que le había correspondido: "Sólo un poco. La suerte ha estado muy repartida". Socio de Antonio Ballestero, también es turolense, aunque nacido en el Mas de las Matas. "Cada año hacemos las participaciones. Creo que hemos vendido unas 1.000". Tenían intención de cerrar el bar tres días, pero "no abriremos hasta después de Reyes". Su esposa atendía el teléfono y le comunicaba: "Los periodistas han llamado también a Planas de Castellote". Allí están su padre, su suegro y un hermano, que "deben tener unas cinco papeletas"."Tomen una copita", decía con amabilidad Joaquín Ballestero, otro de los socios del negocio, mientras abría una caja de puros. "Estaba en la cama cuando han cantado el número. Pensaba que nos había tocado la pedrea". Joaquín es cuñado de Antonio Ballestero, a pesar de la coincidencia de apellido. "He cogido un poquico", comentó con su cerrado acento maño. "¿Antonio? No sé cuánto le ha tocado. Él sabrá". Antonio Ballestero era el más solicitado, así como su hijo, funcionario de Correos, que repartió entre sus compañeros de trabajo varias participaciones. Su esposa era la que más festejaba la lluvia de millones, bebiendo champaña y abrazándose a amigos y clientes: "No sé dónde está mi marido. Sé que ha repartido a toda la sección de Habilitación de Correos, a un equipo de fútbol y a una casa de discos. ¿Qué cuánto me ha tocado?. Algo, algo, pero no tanto como piensan algunos. ¿Mi nombre? No importa, no importa". "A Ballestero le han tocado unos 20 millones", informaba un funcionario de Correos. Sus compañeros intentaban eludir a los periodistas. "Aquí no ha tocado nada". Pero lo cierto es que muchos funcionarios de la administración principal, clientes habituales del bar, han sido agraciados con la suerte. Los de Teruel es un establecimiento muy popular y la demanda de participaciones obligó a pedir más: "Tuve que ir al mercadillo de Atarazanas, donde estaba expuesto un talonario que nadie compraba", aseguraba Antonio Sisqués.
El bar regentado por los turolenses fue ayer un banco emisor de millones. A Pedro María Mantegui, conocido como el Vasco, le han correspondido 3.200.000 pesetas, que "servirán para tapar algunos agujeros de mi economía". Pedro María vive en Premià de Mar, pero cada año se da una vuelta por Los de Teruel "para comprar la lotería". Ayer estaba de vacaciones, pero quiso acercarse para brindar con los propietarios. "En estos momentos tendría que jugar un partido de fútbol en Llinàs del Vallès, pero no voy a ir".
También brindó, sin abandonar su puesto de trabajo, el invidente Julián Jiménez, que tiene un quiosco de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE), frente al edificio principal de Correos: "Tengo tres participaciones de 80 pesetas, una de ellas es para mi suegra, y no me he enterado de que estaban premiadas hasta oír la algarabía que se ha formado en el bar de al lado". Jiménez, que asegura haber dado varios primeros premios en los iguales, era ayer un personaje popular en la calle Ample. En realidad, todos los habitantes del sector colindante con el bar Los de Teruel se consideraban populares. Aunque algunos de ellos no, estaban en posesión de las participaciones del gordo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.