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Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El seudónimo de Pergolesi

Con un programa de música barroca a cargo de la Orquesta de Cámara Española, dirigida desde su puesto de concertino por Víctor Martín, cierran sus actividades del presente año los ciclos de cámara y polifonía de la Orquesta y Coro Nacionales. El programa, muy bello, incluía conciertos de Navidad de Torelli y Corelli y, entre ellos otros de Pergolesi, Alessandro Marcello y Vivaldi, además del celebérrimo Adagio de Albinoni-Giazotto.Habrá que recordar que el Concierto armónico en sol, que le fue adjudicado aun con serias dudas a Pergolesi, no fue obra suya, sino de Wilhelm van Wassenaer (16921766), según descubrimiento del musicólogo holandés Albert Dunning. El aspecto de la obra, en su audición, no sugiere la personalidad del autor de La serva padrona, Lofrate enamorato, Stabat Mater o Laudate Pueri. El citado Wassenaer fue un conde, músico diletante, viajero por Europa gracias a sus dedicaciones militares, financieras y diplomáticas. Justo es reconocer, en contra de la opinión del propio autor (estos conciertos "tienen cosas pasables, mediocres y malas"), que se trata de una página digna de permanecer en el repertorio aun sin el apoyo del nombre casi mítico de Giovanni Battista Pergolesi.

Orquesta de Cámara Española

Obras de Torelli, Wassenaer, Marcello, Albinoni, Viva0y Corelli. Director: Víctor Martín. Solistas: Salvador Tudela, oboe; Miguel del Barco,órgano, y José Oliver, flautín. Teatro Real, Madrid, 20 de diciembre de 1983.

El solista de oboe, Salvador Tridela, protagonizó el Concierto en re menor, de Alessandro Marcello, cuyo bellísimo adagio llevó a la popularidad el cine, y el flautín, José Oliver, lució sus extraordinarias facultades -buen sonido, agilidad, cuadratura- en el Concierto en do mayor, de Antonio Vivaldi. Fueron muy aplaudidos, y con razón: es conocida la finura de estilo de Tudela y se abre paso, con méritos singulares, el arte de Oliver.

Decía Falla, en su escrito de presentación de la Orquesta Bética (1924), que una formación de este tipo suponía un verdadero lujo, "puesto que se compone de instrumentistas con categoría musical de solistas". La tienen cuantos forman la Orquesta de Cámara Española, pero no sé si trabajan con la intensidad aludida por Falla, pues lo cierto es que las más veces el conjunto queda por debajo de los nombres que lo componen. Y aun diría que no ha llegado a ser una orquesta si entendemos las cosas con un poco de rigor.

La Navidad de Corelli alcanzó mayor perfección que la de Torelli, y el Concierto de Marcello o el de Vivaldi sonaron con más calidad que el de Pergolesi-Wassanaer. Es lástima que este grupo de instrumentistas no pueda consagrarse a esta labor de cámara, pero, aun disponiendo de recursos económicos, ¿quién sería el insensato capaz de retirar a estos 14 profesionales de las filas de la Orquesta Nacional?

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