En la discoteca hubo casi 2.000 personas la noche de la tragedia, según supervivientes

La discoteca Alcalá 20 se encontraba a las dos de la madrugada del sábado, aproximadamente tres horas antes de que se declarara el incendio que costó la vida a 79 personas, ocupada por cerca de 2.000 personas, número muy superior al del aforo autorizado, que era de 700 clientes, según el testimonio que aportaron ayer varios supervivientes que habían acudido al establecimiento para celebrar la despedida de soltero de un amigo.Este grupo de supervivientes ha otorgado ahora su representación legal al abogado Antonio García de Pablos, presidente de la Asociación de Consumidores y Usuarios de España.

Los jóvenes aseguraron que en torno a la hora citada ya estaba colocado en la puerta de la discoteca el cartel de "completo", pese a lo cual el grupo, integrado por una treintena de personas, pudo entrar sin que nadie opusiera dificultad. La sala se encontraba repleta, había numerosos clientes sentados en, las escaleras porque no quedaban mesas ni sillas libres y la pista estaba ocupada por tanta gente que apenas se podía bailar en la misma.

Los supervivientes indicaron que ningún empleado de Alcalá 20 les advirtió sobre la existencia del fuego, ni les pidió que fueran abandonando la sala ordenadamente. El pánico, según este grupo de testigos, cundió cuando se produjo el apagón y los clientes se dieron cuenta de que un humo negro y espeso, que picaba muy fuerte en la garganta,, estaba invadiéndolo todo.

Criticaron también la señalización de las puertas de socorro, porque no estaban iluminadas. Por este motivo, la totalidad de las personas que quedaban en la discoteca tuvieron que dirigirse hacia la salida principal. Los jóvenes han reconocido que durante unos minutos habían estado paseando por la pista de la discoteca un cirio encendido, de acuerdo con una tradición humorística para celebrar las despedidas de soltero.

Sin embargo, un empleado de Alcalá 20 les pidió que lo apagaran y lo guardaran. El cirio no pudo ser la causa del siniestro, declararon ayer, porque lo guardaron apagado en un ropero, por indicación del empleado, en tomo a las 2,15, dos horas y media antes de que se detectaran las llamas en el escenario de la sala de fiesta.

Por otra parte, Antonio García de Pablos, presidente de ACUDE, ha anunciado su intención de ejercitar la acusación privada en el sumario que se instruye sobre la catástrofe de la discoteca Alcalá 20, en representación de los familiares de cuatro de las 79 víctimas del siniestro.

Se trata de Francisco Pérez Moreno, que deja viuda y un hijo de tres meses; Gonzalo Expósito Fraile, que deja viuda y dos hijos de siete y 10 años; Pedro Juan García, que deja viuda, y José Valones, que deja viuda y dos hijos de cinco y tres años.