El alcalde de La Línea, el socialista Carmona,dejó ayer su cargo por razones personales

Juan Carmona, alcalde de La Línea, dejó ayer el cargo, después de haberlo desempeñado durante casi cinco años. Su dimisión, que obedece a razones estrictamente personales, viene a contribuir a la sensación de abandono que sufre esa ciudad, víctima indirecta del contencioso de España por Gibraltar. Juan Carmona encabezaba la lista más votada en las últimas elecciones municipales en ciudades de más de 50.000 habitantes. En La Línea, el PSOE cuenta con 21 de los 23 concejales. Le sucede Antonio Díaz, hasta ahora primer teniente de alcalde.

La marcha de Juan Carmona ha sido vista con pesadumbre tanto en La Línea como en Gibraltar, donde se aprecia mucho su forma de ver el contencioso hispano-británico, basada en la necesidad de un acercamiento entre ambas comunidades que sustituya al enfrentamiento hasta ahora existente. Tanto en Gibraltar como en La Línea la decepción por la marcha de Juan Carmona viene a unirse a la experimentada por el paso atrás dado por las autoridades españolas en la mayor permeabilización de la frontera. Un télex del director general de Policía, Rafael del Río, autorizaba, el pasado día 13, y hasta nueva orden, el paso de todos los extranjeros con pasaporte en vigor, lo que, de producirse, habría animado notablemente la vida económica a ambos lados de la verja. El gobernador civil de Cádiz envió 20 horas después un nuevo télex que desautorizaba aquél y reducía el aumento de permeabilización al derecho de las personas que ya antes podían atravesar la frontera -españoles, gibraltareños y británicos residentes en Gibraltar- a pasar cuantas veces al día lo deseen.

El suceso ha producido, aparte del natural desencanto, el fortalecimiento de la impresión de que la política del PSOE en torno a Gibraltar carece de una mínima coordinación. Exteriores no fue consultado ni para el primero ni para el segundo télex. Exteriores habría deseado mantener la figura de subgobernador para el Campo de Gibraltar, pero el gobernador de Cádiz, Salvador Domínguez, se opone y es él mismo quien ejerce esta función. Su gestión en este terreno es desaprobada por los alcaldes y responsables socialistas de la comarca. Cabe la posibilidad de que a mediados de enero se celebre una reunión entre Exteriores, Interior, los políticos de la zona y el propio Alfonso Guerra, en busca de definir una política coherente, que hasta ahora no existe.

Mientras, La Línea, con 60.000 habitantes, se, descompone. El cierre de la verja hace 14 años la privó bruscamente de su medio de vida. Todo lo que se invirtió para sustituir la economía dependiente de Gibraltar por otra autónoma fracasó por mala planificación o por fraudes- De aquellas iniciativas cantadas a bombo y platillo quedan ahora la vía ferroviaria por la que nunca pasó un tren y que ni siquiera llega a la ciudad, un muelle pantalán en el que nunca atracó un barco, y una gran fábrica, Confecciones Gibraltar, totalmente arruinada, junto con otros esqueletos similares.

La población se redujo a casi la mitad, y los que han quedado luchan por la supervivencia en una ciudad invadida por el contrabando, el consumo de heroína, la delincuencia consiguiente y la economía subterránea.