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España ingresara en el Euratom sin firmar antes el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares

Andrés Ortega

España logró ayer imponer su tesis a la CEE de que el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) -impulsado por las superpotencias en 1968 y al que se han sumado 114 países- no forma parte del acervo comunitario. Así, España podrá ingresar en el Euratom (Comunidad Europea de la Energía Atómica) sin tener que firmar el TNP. "Esto no siginifica una exclusión de que en el futuro España se adhiera o no al 'FNP", manifestó el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán añadiendo que "no quiero decir que el TNP sea negativo, sino que no hay necesidad de intenciones futuras".

La fórmula acordada ayer cierra virtualmente este capítulo de la negociación, que celebró su 18ª sesión a nivel ministerial. El ministro de Defensa español, Narcis Serra, había dado el visto bueno a la fórmula de compromiso que adelantó el jueves pasado este periódico. Han sido tres largos años de negociación sobre este tema, centrados en torno al control de seguridad de las actividades nucleares.Una vez dentro de las comunidades, España tendrá que negociar y firmar un acuerdo tripartito con Euratom y la AIEA (Agenc¡a Internacional de la Energía Mómica, con sede en Viena), con lo cual el control de las activida,des nucleares civiles en España será equivalente al que ejerce la AIEA en los otros países de la CEE, pero no en el terreno militar. España será así un cuarto género de país en el Euratom, junto con Francia (potencia nuclear, pero no firmante del TNP), el Reino Unido (nuclear y firmante del TNP) y los otros ocho (no nucleares y firmantes del TNP).

Holanda había planteado la firma del TNP como condición previa para el¡ ingreso de España pero finalmente levantó sus reservas.

Navíos nucleares

Para los negociadores españoles, el TNP no forma parte del conjunto de normas comunitarias -el acervo- y acceder a firmarla, en este contexto, hubiera sido una cesión de soberanía y un peligroso precedente, pues la CEE podría exigir otras condiciones que no figuran en los tratados, como por ejemplo, el reconocimiento del Estado de Israel. Quedan algunos puntos abierto como los que toca a la investigación y a la difusión de conocimientos.

La puerta queda abierta para la fábricación de armas nucleares en España, aunque ésta no parece ser la intención del Gobierno, más interesado por los usos militares no explosivos de la energía nuclear, a saber, los, submarinos o portaaviones de propulsión atómica, de los que se ha declarado partidario Morán. El problema de los suministros de uranio enriquecido también plantea algunos problemas al tener la CEE y Australia un acuerdo especial. Pero en principio, éstos habrán de resolverse por medio de acuerdos especiales.

Por otra parte, en el contexto del capítulo de relaciones exteriores comerciales y como había pedido Londres, España acepto una formula concreta para Gibraltar que deja sentado lo evidente: una vez en la CEE España no podrá realizar discriminaciones con Gibraltar, teniendo que suprimir todo obstáculo con carácter recíproco, a los intercambios entre España y el Peñón, con las excepciones contenidas eventualmente en el reglamento 288, dado que Gibraltar es territorio comunitario, pero exento de la unión aduanera y fiscal.

Esto significa que España podrá -y tendrá- que montar un control aduanero en la verja para evitar contrabandos o importaciones ¡legales, pero aplicando una regla general y no una discriminación particular y viceversa.

Libre circulación de trabajadores

Londres exige una fórmula similar en el capítulo de cuestiones sociales y libre circulación de trabajadores, pero Morán quiere que se liberalice la circulación de la mano de obra entre España y Gibraltar antes del fin del período transitorio. Una fórmula similar, con ciertas derogaciones, se acordó para el capítulo de derecho de establecimiento y libre prestación de servicios.

Morán cenó ayer, en el contexto de la tradicional reunión bianual de la llamada cooperación política con los ministros alemán, griego y francés, según el orden de sucesión a la presidencia de la CEE.

Lástima que ni el ministro alemán ni el francés -este último se marchó al mediodía después de una entrevista bilateral con Morán- estuvieran presentes para discutir temas de política internacional y la cuestión de la ampliación de la CEE a España y Portugal, pues el ministro de Asuntos Exteriores de este último país, Jaime Gama, estaba también presente.

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