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Tribuna
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La orientación a la baja puede cambiar

Las bajas continuaron dominando la evolución de los precios de los valores que se negociaron ayer en las bolsas españolas, aunque se pudo apreciar a última hora, o al menos así lo ponían de manifiesto varios especialistas, una cierta contención en el volumen de oferta, que corría parejo con un discreto desperece de los compradores, por lo que se ha comenzado a apuntar la posibilidad de que se frene el proceso bajista en las próximas reuniones.La razón de este cambio de tendencia habría que buscarlo, según estos testimonios, en el reflejo comprador que se ha generado como consecuencia de las bajas acumuladas en las últimas reuniones. Algunos síntomas de esta hipotética recuperación han podido detectarse, en el sector químico, donde Cepsa volvía a recuperar la par y Cros y Energías ganaban un punto. En el resto del mercado estos síntomas de mejoría no pasaron de los que la intuición particular de cada uno quisiera aportar.

En el caso de los títulos eléctricos se insiste en que sus similitudes con los valores de renta fija son cada vez más importantes. En esta ocasión ni tan siquiera la proximidad de los pagos de sus dividendos a cuenta del presente ejercicio parecen constituir un elemento de atracción para los inversores. En general se apuntan los riesgos que comportaría mantener esta inversión una vez que se perciban estos dividendos. Riesgos que evidentemente tendrían que venir dados por las dificultades que comportaría la venta de estos títulos en el mes de enero, cuando los oráculos del mercado vaticinan un ambiente poco propicio para la evolución de los precios de estas acciones.

Un valor que viene centrando la atención de los especialistas en las últimas reuniones es Altos Hornos de Vizcaya. Una demanda excelentemente bien nutrida, y a la que se atribuye un origen parcial en dinero extranjero, está presionando al alza la cotización de estos títulos. Ayer se pagaban al 20% de su valor nominal, con una mejora de un entero, y persistiendo la demanda al cierre de sus operaciones.

En el lado contrario de la balanza aparecían las compañías cementeras, que están siendo objeto de un severo castigo. La buena estrella bursátil de estos valores parece haber iniciado un proceso claramente declinante, y las realizaciones de beneficios colocan a estas compañías en situaciones próximas a la asfixia diaria por falta de contrapartidas compradoras suficientes.

Por su parte, los valores bancarios continuaron manifestando una timidez enternecedora. Los saldos de este sector continúan manifestando signo vendedor, y ayer únicamente el Vizcaya era capaz de ofrecer un pequeño resto comprador, de 7.105 títulos en concreto, que avalaban su mejora de dos puntos en el mercado madrileño.

Banesto continúa siendo, con diferencia, el valor más ofertado, y las coberturas que se realizan de las partidas puestas a la venta suelen oscilar entre el 40% y el 50%.

En el diario de ayer, y en estas mismas páginas, se deslizó un error involuntario al indicar la cifra de títulos a la compra con que cerraba el Banco Popular sus operaciones del martes. Se apuntaba que tenía un saldo comprador de casi 7.500.000 títulos, cuando la cifra real eran casi 7.500 acciones.

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