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El 44% de las muertes en ciudad por causa del tráfico suceden en las carreteras que las cruzan

El 44% de las muertes producidas en accidente de tráfico dentro de las ciudades se registra en las travesías, tramo de carretera que atraviesa un casco urbano, lo que se considera como un balance extremadamente negativo, si se tiene en cuenta que éstas suman pocos kilómetros del total de las calles de una ciudad. La evidencia de las estadísticas ha llevado a la Asociación Nacional de Prevención de Accidentes a tratar "la seguridad en accesos y travesías" como tema monográfico del VI Congreso Nacional de Seguridad en el Tráfico, que se está celebrando desde ayer en Barcelona.

Según la asociación, existe actualmente un desfase entre el crecimiento del parque móvil y la infraestructura de la red de carreteras, y no se plantean alternativas que eviten que las vías interurbanas recorran gran parte de las ciudades, y, en muchos casos, el centro urbano de las mismas. En las travesías se mezcla el tráfico puramente urbano con los automóviles que cruzan la ciudad de paso, produciéndose situaciones peligrosas, dado que el conductor que entra en la ciudad continúa teniendo mentalidad de carretera y no disminuye su velocidad.El fallo no viene sólo de los que llegan, ya que también los ciudadanos que circulan habitualmente por la vía pública, no son conscientes de que circular por una travesía implica una mayor atención. El VI Congreso Nacional de Seguridad en el Tráfico tiene como finalidad no sólo analizar las causas de los accidentes en las travesías, sino también buscar alternativas válidas y, sobre todo, mentalizar a la Administración de que la infraestructura actual no sirve.

Para José Martínez Vinaroz, presidente de la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico, la solución más racional sería "la construcción de variantes en las ciudades, para que el tráfico de paso circulara por una carretera de circunvalación", aunque éste es un proyecto impensable porque tropieza con un fuerte presupuesto que la Administración no puede permitirse.

Por ejemplo, si en Barcelona se hubiesen construido ya los túneles del Tibidabo y Horta y estuviese construido en su totalidad el Cinturón del Litoral, se habría dado fluidez a la circulación en la avenida de la Meridiana y en la Diagonal, las dos principales travesías de la ciudad.

Ante la debilidad económica del país, el presidente de la Asociación de Prevención de Accidentes de Tráfico propone, como mal menor, la intensificación de las multas y los controles, porque "está visto que cuando al conductor se le reprime disminuyen los accidentes. Sería positivo que, al menos en las más importantes travesías de todas las ciudades, existieran radares, porque se evitarían muchas muertes. Hasta que el ciudadano español no madure y se autodiscipline será necesaria la política de multas y sanciones".

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