Felipe González insinúa que la oposición financió una campaña para crear tensión sobre la sentencia de Rumasa

El presidente Felipe González criticó ayer con dureza las acusaciones del Grupo Popular en el sentido de que hubo presiones gubernamentales sobre el Tribunal Constitucional en torno a la sentencia de Rumasa. González, tras advertir que iba a "hacer una confidencia, añadió: "Tengo la impresión de que algo se ha invertido antes de la sentencia para crear cierta tensión en el tema". Estas manifestaciones fueron hechas en una conferencia de prensa en el aeropuerto de Barajas, adonde acababa de llegar procedente de la capital argentina. En el transcurso de la misma, Felipe González acusó también a Manuel Fraga de "perder la serenidad" en Buenos Aires, cuando hizo declaraciones negativas sobre el primer año de Gobierno socialista.

"Ni hubo, ni las hay ni las habrá", declaró el jefe del Gobierno refiriéndose a las supuestas presiones gubernamentales sobre el Tribunal Constitucional en el caso Rumasa. Para el presidente, el Gobierno y la oposición no están en pugna, o, cuando menos, precisó que sería la oposición quien se considerase en pugna con el Gobierno. En cualquier caso, recalcó que no es bueno "que la comunidad española en otros países vea que los líderes políticos polemizan sobre cuestiones internas cuando se encuentran en el exterior, y sobre todo en ocasiones como la de la presencia en Argentina, para celebrar el regreso de la democracia".González quitó importancia a las amenezas hechas ayer en Madrid por Fraga de una posible moción de censura por parte del Grupo Popular en el Congreso a la política del Gobierno, diciendo que está en su perfecto derecho, lo mismo quie en hacer valoraciones negativas. "Lo que ocurre es que no se puede decir un día que el Gobierno está haciendo la política económica de la oposición y al siguiente criticar esa política económica", añadió.

Felipe González desmintió las informaciones de que el PSOE estaba financiando a Adolfo Suárez y al CDS para que puedan recoger los votos centristas que se puedan escapar en 1986 y así, en caso de no obtener la mayoría de nuevo, conseguir el apoyo de un partido progresista. "La información ha sido inventada completamente", manifestó. El ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez hizo el viaje de ida y vuelta a Buenos Aires en el avión de Felipe González.

Optimista sobre Centroamérica

De los temas internacionales tratados durante su estancia en Buenos Aires con el resto de los dirigentes americanos con los que se entrevistó, el presidente español dijo que lo que más preocupaba en estos momentos a la región era el tema de las deudas externas, seguido de la consolidación de los procesos democráticos.

Después de sus conversaciones con miembros del grupo de Contadora, con el coordinador de la Junta nicaragüense, Daniel Ortega, y con el vicepresidente norteamericano, George Bush, el jel del Gobierno español afirmó que trae la impresión de que dentro de poco se producirán acontecimientos positivos en Centroamérica. En concreto, se refirió a la posibilidad de que Nicaragua fije para primeros de 1985 la celebración de elecciones con garantías de pluralismo y libertad, y también al convencimiento de que Washington no tiene intención de invadir Nicaragua y desea una solución pacífica.

Anunció también que ha llegado a un acuerdo con el presidente argentino, Raúl Alfonsín, para institucionalizar en el futuro los contactos entre los dos Gobiernos, y dijo que, a pesar de que el nuevo Gobierno argentino ha prometido investigar el tema de los desaparecidos, "tengo la impresión de que el concepto va ligado a la irrecuperabilidad de esas personas".