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'Carlos' dijo que había hecho una 'chapuza' en un piso contiguo al del magistrado Arozamena

El guardia civil y agente de los servicios de contraespionaje José Gutiérrez de la Rosa, Carlos, uno de los tres inquilinos del piso del Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) sospechosos de haber vigilado la vivienda del magistrado Jerónimo Arozamena, vicepresidente del Tribunal Constitucional y ponente del caso Rumasa, le confirmó al portero del inmueble en donde operaba, cuando éste le reconoció físicamente, que acababa de hacer una chapuza. Esto consta en el informe que sobre el caso ha realizado la Brigada Central de Escoltas y que desde el miércoles tiene en su poder el mando policial.

Eusebio García, portero de la finca de la madrileña calle de Cervantes, número 21 -según el informe policial-, reconoció a Carlos, ya que, con anterioridad a su empleo como conserje, ha estado vinculado a la Guardia Civil. García sabía que este agente era guardia civil porque en una de sus visitas a la Dirección General del Instituto, en la calle de Guzmán el Bueno, había tenido ocasión de cruzarse con él. Gutiérrez de la Rosa es la persona del brazo escayolado que, utilizando el nombre de Ángel García, alquiló el piso.Carlos fue reclamado por la policía recientemente y, en compañía de un comisario y varios funcionarios, trasladado para su identificación ante el portero de la finca. Esto ocurrió el pasado viernes 2 de diciembre, precisamente el mismo día en que trascendió el caso entre altas instancias del Gobierno, lo que provocó cierta alarma. Ese día, según fuentes solventes, parece ser que fue convocado al palacio de la Moncloa el director del CESID, general de brigada Emilio Alonso Manglano.

La investigación de la Brigada Central de Escoltas se inició ante movimientos extraños en el edificio de Cervantes, 21, colindante con el inmueble donde vive el magistrado Arozamena. La policía, tras interrogar al portero, supo que en el segundo piso había un despacho ocupado por guardias civiles porque éste, dada su vinculación al Instituto, conocía a uno de ellos.

Escándalos

La sospechas de la policía continuaron, ya que, a pesar de las afirmaciones del portero, no descartaron la posibilidad de que los inquilinos pudieran ser personas, probablemente terroristas, que se hacían pasar por guardias civiles. Los policías se llevaron una sorpresa al enterarse de que uno de los inquilinos era el conocido agente Carlos, a quien no vinculaban ya al CESID, dados los escándalos en que ha estado envuelto y las veces que su fotografía ha salido en los medios de comunicación.Además de su presencia en las inmediaciones del Congreso de los Diputados la noche del 23-F en compañía del general de brigada de la Guardia Civil Manuel Prieto, y de su detención por presunto tráfico de armas, Carlos, a quien se le ha aplicado la ley antiterrorista en una ocasión, se ha hecho pasar por periodista en algunas ocasiones. Asimismo, ha estado vinculado a los bajos fondos, donde, según deducciones policiales, habría obtenido determinadas cantidades de dinero, y ha sido acusado de facilitar armas a la extrema derecha, además de vigilar a jueces y magistrados.

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