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Un español, sin aparente adscripción política y residente en Hendaya, fue secuestrado el domingo por tres desconocidos

El ciudadano español Segundo Marey, de 51 años de edad, residente en Hendaya (Francia), fue secuestrado entorno a las ocho de la tarde del pasado domingo por tres personas, cuando se encontraba cenando en su domicilio de la localidad fronteriza, en la calle de Aizpurdi, acompañado por su mujer, Marta Sahastume. La policía española colabora con la francesa en la resolución del caso, y ha establecido numerosos controles en la frontera. Uno de los supuestos implicados en el secuestro ha sido detenido por la policía francesa.

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En la tarde del domingo, la esposa de Segundo Marey abrió en la puerta a tres personas, que le preguntaron si allí vivía el dueño de un coche dos caballos rojo. Marta Sahastume sospechó que deseaban llevarse a su marido, y los tres desconocidos pasaron seguidamente a la acción directa: la atacaron con un aerosol y forcejearon con el marido, que había acudido a la puerta y oponía también resistencia. Tras reducirle, huyeron del inmueble en un Peugeot 505 de color gris, conducido por una cuarta persona.

Según testimonia la esposa del secuestrado, uno de ellos hablaba un correcto francés, a pesar de que la conversación fue brevísima.

Denunciado inmediatamente el suceso, la policía francesa puso en marcha un rápido dispositivo de control, y logró detener al coche, reconocido luego por los testigos del hecho, en la frontera de Dancharinea (Navarra). La policía de fronteras francesa detuvo al único ocupante del coche, una persona residente en Biarritz y apellidada Sánchez, de conocidas vinculaciones con la extrema derecha del país vecino.

Esta detención fue confirmada ayer por el alcalde de Hendaya a una representación de compañeros de trabajo del desaparecido que acudió ayer, lunes, al consistorio para solicitar información sobre el hecho y protección ante lo que consideran "claras alteraciones de la seguridad ciudadana". Marey trabaja en la empresa Socoa, dedicada a negocios de exportación e importación, informa Europa Press.

El alcalde hendayés, miembro, del partido socialista, aseguró, después de haber conectado con el prefecto del departamento de los Pirineos Atlánticos, que la policía estaba haciendo todo lo posible por esclarecer el caso, y prometió información permanente a los compañeros del desaparecido.

Algunos de los reunidos hicieron declaraciones en las que recordaron que en los últimos días se había observado por la zona la presencia del Peugeot de color gris en el que presuntamente fue llevado Marey. El coche fue visto junto a otro de tipo americano, "un Buick o un Chrysler"-, Los compañeros del secuestrado añadieron que esos datos los han puesto en conocimiento de la gendarmería de San Juan de Luz. "Denunciar estas cosas es corriente", explicaba uno de ellos. "Se puede pensar que sólo los refugiados están al tanto de todo esto, pero los demás también nos damos cuenta. Al fin y al cabo, siempre ha habido policía española en Hendaya, y estamos al corriente de ello".

La consternación que existe entre la familia no les impide suponer que el suceso se trata de un error. Ello se sustenta en el hecho de que el secuestrado no tiene afinidad política conocida.

Por lo que se refiere a lo sucedido posteriormente, algunas fuentes consultadas por este periódico confirmaban que la policía francesa mantiene la hipótesis de que el secuestrado fue trasladado a España por el monte, en tanto que el Peugeot gris lo hacía por carretera, para volver a recogerlos una vez franqueada la frontera con España a la altura de Navarra. Hay que señalar que este punto fronterizo es de mucho menor tráfico y control que los que existen en Irún o Behovia.

El secuestrado, Segundo Marey, nació en Behobia, y su familia le trasladó a Francia cuando tenía cuatro años, después del bombardeo de Irún al comienzo de la guerra. Ha crecido y vivido en Hendaya desde entonces, a pesar de no haber renunciado a su nacionalidad española. Tiene dos hijos. Precisamente su hija, Agnes, fue la que declaró ayer que el secuestro de su padre se ha debido de producir por error.

Sus compañeros de trabajo y amigos declararon ayer que tienen intención de iniciar una campaña de concienciación en relación con este suceso. Durante esta semana piensan convocar a todas las asociaciones "de todo tipo" para que intervengan en algún gesto espectacular que llame la atención sobre la necesidad de mantener la seguridad ciudadana, que ven tan a menudo amenazada.

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