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Tregua en la crisis libanesa

Tel Aviv justifica el canje de 4.400 prisioneros palestinos por seis israelies a causa del peligro que éstos coman en Tripoli

Más de 4.400 prisioneros palestinos fueron liberados ayer por Tel Aviv, a cambio de seis soldados israelíes que estaban en manos de las fuerzas de Organización para la Liberación de Palestina (OLP). La proporción aproximada del canje es de 800 a 1. La actitud del Gobierno de Israel, que durante meses se había negado a las pretensiones de Yasir Arafat, por considerarlas desorbitadas, parece hacerse basado en el riesgo que corría la vida de sus, soldados, ante los recientes ataques a Trípoli de los rebeldes palestinos, con apoyo sirio y libio. Arafátanunció el canje como el "milagro de la iresistencia palestino.

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Un éxito personal para Arafat

Fruto de 15 meses de delicadas negociaciones indirectas entre la dirección de la OLP e Israel, a través de la Cruz lloja Internacional y del entonces canciller austriaco Bruno Kreisky,, las modalidades técnicas del intercambio estaban siendo preparadas por Francia y la organización humanitaria con sede en Suiza desde hace varias semanas. Era necesario, sin embargo, que se dieran condiciones satisfactorias, que- hubiese un alto el fuego estable: 37 duradero en el campo de batalla. Justo lo que ha ocurrido esta sernana, exactamente a partir del martes, informa desde Beirut Ignacio Cembrero.Un automóvil todo terreno, escoltado por varios jeeps, condujo al puerto de Trípoli, ayer de de madrugada, a los prisioneros israelíes que, según un fotógrafo que presenció la operación, charlaban y bromeaban con sus guardianes mientras esperaban la llegada de una barcaza francesa que, a las cuatro de la madrugada, les transportó hasta la corbeta gala Dupleá, anclada en aguas territoriales libanesas. A su llegada al puerto iraelí de HaiFa fueron recibidos triunfalmente.

Uno de los soldados israelíes declaró cuando ya se encontraba en casa: "Los palestinos nos trataron muy bien". Otro de ellos, en un tremendo estado de exaltación, aseguró: "Éste es el-momento más grande de mi vida y pienso divertirme a lo loco"

Paralelamente, el Ejército israelí, durante la noche del miércoles al jueves, impuso el toque de queda en dos ciudades del sur de Líbano, Sidón y Nabatiyelí, y cerró al tráfico algunas carreteras, no sin antes haber reforzado su dispositivo de seguridad en los alrededores del siniestro campamento de Ansar. Ante las puertas de éste, llegaron, todavía de madrugada, 120 autobuses israelíes privados, requisados por el Ejército, para conducir a unos 1000 palestinos hasta el aeropuerto de Tel Aviv, donde embarcaron a bordo de tres aviones Boeing de Air France que, escoltados por cazabombarderos Crusader, les transportaron, primero a El Cairo y, seguidamente, a Argel.

Al sur del AwaliOtros 3.000 libaneses y palestinos, autorizados a permanecer en Líbano, fueron repartidos por los pueblos y ciudades del sur del país. Sólo varias docenas de ellos pidieron cruzar el río Awali, que marca el límite del territorio controlado por Israel.Numerosos familiares de los liberados se habían concentrado en las plazas centrales de las aglomeraciones urbanas. La llegada de los cautivos -muchos de los cuales hacían: la V de la victoria- dio lugar a emocionantes escenas de reencuentro.

Además de a todos los prisione ros palestinos y árabes detenidos en el campo de Ansar -entre ellos 26 oficiales de la OLP-, Israel liberó a 98 miembros de la OLP, denominados prisioneros de seguridad. De los 98, condenados, por los tribunales de Israel, aproximadamente la mitad habían sido condenados a cadena perpetua por su responsabilidad en atentados teroristas, informa desde Tel Aviv Víctor Cygielman.

Entre los prisioneros liberados se hallan seis árabes palestinos de nacionalidad israelí, cinco mujeres -entre los que se encuentran una de los participantes en el secuestro de un avión de Sabena en 1972-, un egipcio, un sirio, un turco y un jordano. El acuerdo establece también la devolución por parte de Israel de los archivos de la OLP, confiscados por las fuerzas armadas israelíes en Beirut en el verano de 1982. Estos archivos, que incluyen libros y documentos raros referentes a la historia nacional y cultural del pueblo palestino, han sido enviados en cajas a Argel.

El grupo extremista de Ahmed Jibril -cuyas fuerzas participan en el sitio de Trípoli junto con losdisidentes palestinos de Abu Musa y fuerzas regulares sirias y libias- capturaron el pasado verano a otros dos soldados israelíes, cuyo intercambio debía haber sido negociado conjuntamente con los seis ahora liberados.

Pero las exigencias de Jibril incitaron a Yasir Arafat a disociarse de su adversario para poder llevar a buen término las conversaciones indirectas con israel. La supuesta "falta de solidaridad" de Arafat fue denunciada ayer por Talal Naji, colaborador de Jibril.

Durante varios meses, Israel re chazó las condiciones impuestas por Arafat. Sin embargo, los re cientes ataques contra el último reducto de Vasir Arafat en Trípoli suscitaron una honda preocupa ción por la vida de los seis prisioneros israeliés detenidos por los palestinos leales a Arafat, lo que, según la versión más extendida en Israel, forzó al Gobierno de Tel Aviv a aceptar los términos de intercambio formulados por el líder de la OLP.

No puede minusvalorarse, por otra parte, la rentabilidad política obtenida de la operación, sobre todo a nivel interno.

"Hemos pagado un precio muy alto pero peligraba la vida de nuestros prisioneros. Salvarlos responde a nuestra tradición, a nuestra moral y a nuestra solidaridad", declaró el primer ministro de Israel, Isaac Shamir, a la radio israelí.

A la pregunta de si la liberación de miles de miembros de la OLP no constituía un peligro para la seguridad de Israel, Shamir contestó: "Somos conscientes de este peligro. Nos hemos enfrentado a él en el pasado y sabremos enfrentarnos a él en el futuro".

En una conferencia de prensa, el ministro de Defensa israelí, Moshe Arens, declaró: "Dicen que hemos cedido por debilidad pero no hemos aceptado los términos de intercambio por debilidad sino por el bienestar de nuestros soldados".

El ex primer ministro, Menájem Beguin ha aprovechado la ocasión para hacer las primeras declaraciones desde su dimisión, ocurrida hace tres meses y se ha alegrado públicamente de la liberación de los seis prisioneros.

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