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Papandreu consigue manejar el conflicto de Chipre sin poner en peligro la estabilidad gubernamental ni la democracia,

Antonio Caño

El primer ministro socialista griego, Andreas Papandreu, ha sabido, hasta el momento, conducir el espinoso conflicto chipriota, que en 1974 provocó la caída del régimen de los coroneles, de manera que no afecte a, la estabilidad del Gobierno ni del sistema democrático. Aunque está siendo sometido, desde la proclamación unilateral del Estado turcochipriota, a fuertes presiones de la oposición de derechas (Nueva Democracia) y de las bases de izquierda de su propio partido (PASOK), lo cierto es que, gracias a la condena internacional unánime contra Turquía y el nuevo Estado, Papandreu goza de buena salud política.

Entre las fuerzas armadas, depuradas tras el advenimiento de la democracia y resignadas a no intervenir en política, no se ha percibido ningún síntoma de malestar como consecuencia de la división de la isla.La Prensa de Nueva Democracia exige que "puesto que el Gobierno se enfurece contra los grandes poderes de la OTAN por apoyar económica y militarmente a Turquía, debería hacer lo mismo con la Unión Soviética, cuya ayuda económica al Gobierno de Ankara supera los 1.000 millones de dólares". La oposición utiliza también. como argumento la lentitud con que la URSS se pronunció contra la creación de un Estado turto en Chipre.

Adelanto electoral.

Nueva Democracia critica también la posibilidad de que el primer ministro, temeroso de que el tema chipriota pueda ser utilizado con fines electorales, se decida finalmente a adelantar las elecciones generales a junio de 1984, tal como estaba implícitamente previsto. El plazo que Papandreu tiene para la celebración de elecciones expira en octubre de 1985.

En el seno del PASOK, la mayoritaria corriente de izquierda, se muestra insatisfecha porque Papandreu no ha denunciado lo que ellos consideran una implicación de Estados Unidos en el asunto chipriota. En este sentido, algunos socialistas se muestran, extraoficialmente, convencidos de que dadas las impecables relaciones entre Turquía y Estados Unidos, Washington debería estar enterado con anterioridad de las intenciones turcas en Chipre.

Arístides Calogeropoulos, portavoz oficial del Ministerio considera, sin embargo, que "no hay nada que pueda probar estas acusaciones contra Estados Unidos". Según el criterio de Atenas, la reacción norteamericana a la declaración del nuevo, Estado ha sido impecable en todos los órdenes, como viene a demostrar la entrevista mantenida el lunes en Washington entre el presidente Ronald Reagan y su homólogo chipriota, Spyros Kyprianu. Las críticas contra Papandreu, que ayer inició una gira por París, Bruselas y Bonn, se estrellan contra una firme política de Estado que hasta ahora no ha dejado al descubierto ningún punto flaco.

"Lo único que está haciendo el Gobierno es traducir los sentimientos de todos los partidos políticos del país" comentó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Esta opinión es compartida por la Prensa y los observadores locales, que reconocen que cualquier otro gobierno hubiese hecho lo mismo, si descontamos la insignificante extrema derecha, que pide una solución militar del problema chipriota.

El único peligro de desestabilización en Grecia, según recogen los comentarios de la Prensa gubernamental, radica en que Turquía, aislada por la opinión internacional, se decida a huir hacia adelante y opte por algún tipo de acción armada en Chipre contra la comunidad griega.

De momento ha creado en Atenas una cierta preocupación el anuncio de maniobras militares turcas el próximo jueves en el mar Egeo. Este hecho viene a confirmar el criterio del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores griego, quien considera que "estamos condenados a tener malas relaciones con Turquía".

"Una sola provocación más por parte del Gobierno de Ankara obligaría a Grecia a tomar otro tipo de medidas contra Turquía", manifestó una fuente cercana al primer ministro. El portavoz oficial estima, por su parte, que "la ruptura de relaciones diplomáticas con Turquía entra en la lógica del Gobierno".

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