La Commonwealth abordará mañana el conflicto chipriota y la invasión de Granada
El relanzamiento del diálogo Norte-Sur y la reforma de las instituciones monetarias internacionales son dos de los principales temas de la cumbre bianual de jefes de Estado de la Commonwealth, que comienza mañana en Nueva Delhi, bajo la presidencia de la reina Isabel Il de Inglaterra. La invasión de Granada y la declaración de independencia por parte de la comunidad turca de Chipre, así como la descolonización de Namibia completan, junto a los temas generales de desarme, el repertorio a tratar.Tanto Chipre como Granada, que probablemente no estará representada en la cumbre, son miembros de la organización. En la cuestión de Namibia, la postura común en el seno de la Commonwealth es favorable a la descolonización, y en el tema chipriota, contraria a la independencia unilateral.
La Commonwealth agrupa a 48 Estados independientes (24 repúblicas y 20 monarquías), de los que 44 pertenecen al Tercer Mundo -la mayoría al grupo de países más pobres de la tierra- y sólo cuatro (Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) representan al Occidente industrializado. Los problemas económicos ocuparán, por ello, gran parte de los debates, que durarán hasta el 30 de noviembre en la capital india. La primera ministra india, Indira Gandhi, que actualmente es también presidenta del Movimiento de Países No Alineados, inaugurará la reunión. La exigencia de un nuevo orden económico internacional y de la revisión del actual sistema financiero internacional, basado en los acuerdos de Bretton Woods de 1944, núcleo del discurso de Indira Gandhi en la minicumbre de países no alineados en septiembre pasado en la ONU, fue recogido también en la reunión que los ministros de Hacienda de la Commonwealth celebraron en septiembre pasado en Trinidad Tobago.
Pero el nuevo orden económico internacional, lanzado a comienzos de la década de los setenta como un desafío del mundo en desarrollo, está más lejos que nunca, y las peticiones tercermundistas de una nueva reunión económica como la de Bretton Woods hallan oídos sordos en el norte industrializado. En la última reunión anual del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional (FMI), celebrada en septiembre en Washington, no solamente no se ampliaron los fondos para el desarrollo económico, sino que incluso se redujo (del 150% al 125% y 102%) el acceso ampliado a los derechos especiales de giro del FMI.
El diálogo Norte-Sur, que se intentó relanzar hace dos años en Cancún (México), está prácticamente muerto.
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