ITT-España prevé unas inversiones de 17.344 millones de personas hasta 1986
El Ministerio de Industria y Energía solicitó al grupo ITT-España y a la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), en junio pasado, que revisaran los datos de partida del plan de reordenación industrial del grupo norteamericano en España en lo referente a la generación de una demanda adicional que permitiera la creación de empleo, con el fin de rebajar el número de trabajadores excedentes que, conforme al plan original, afectaba a 6.450 personas.Industria señaló que la revisión del plan debía contemplar, en Standard Eléctrica, la creación de 1.750 puestos de trabajo a finales de 1986 y otros 350 puestos a finales de 1987 a través de la fabricación de productos que incrementaran las exportaciones de, la compañía y, por consiguiente, que sirvieran para mejorar la balanza comercial del país. Respecto a la CTNE, el ministerio señaló la necesidad de que la compañía ofreciera una demanda adicional que permitiera generar 1.000 puestos de trabajo en Standard a finales de 1986, al tiempo que debía admitir 900 trabajadores de esta empresa en la CTNE, a razón de 300 empleados cada año de duración del plan (1984, 1985 y 1986).
La revisión del plan de reordenación industrial del grupo ITT-España, que ha sido presentado esta semana ante los responsables del Ministerio de Industria y Energia, eleva las primitivas estimaciones de venta de 53.000 millones de pesetas en 1984 a 58.600 millones, mediante una demanda adicional de 3.600 millones de pesetas generada por Telefónica y otros 2.000 millones de nueva demanda del propio grupo. En 1985, las previsiones se han elevado a 71.580 millones, al aumentar los pedidos de CTNE en 5.480 millones y los de ITT en otros 7.300 millones. Finalmente, en 1986, las ventas se elevarían a 85.550 millones, con una demanda adicional de Telefónica de 7.350 millones y otra del propio grupo de 13.500 millones.
Si se cumplen estas previsiones, la cuenta de resultados -antes de impuestos- de Standard registraría unas pérdidas de 1.700 millones de pesetas en 1983 y de 40 millones en 1984, para obtener unos beneficios de 2.260 millones en 1985 y 4.800 millones en 1986. En Marconi, por su parte, los resultados antes de impuestos serían de unas pérdidas de 2.290 millones de pesetas al terminar este año, 780 millones en 1984, 330 millones en 1985 y 10 millones en 1986, siempre en números rojos.
Como las previsiones de. demanda añadida suponen la creación de 1.000 empleos por la nueva demanda generada por Telefónica, más otros 900 trabajadores de ITT que absorberá la CTNE, así como el compromiso del grupo norteamericano de crear otros 1.750 nuevos puestos de trabajo, las previsiones del plan inicial de encontrarse con un excedente de plantilla de 6.450 trabajadores se reducen a 2.730 a 1 de enero de 1984. Este excedente laboral no sufrirá despidos, sino que será objeto de expedientes de extinción de contratos para el personal con 56 años cumplidos -que percibirán prestaciones de desempleo hasta pasar a la jubilación anticipada a los 60 años- y mediante el establecimiento de expedientes de suspensión temporal de contratos, con exoneración del pago de cuotas empresariales a la Seguridad Social por períodos de 12 meses y efectivos a partir del 1 de enero de cada año. Estas suspensiones temporales de empleo afectarán a 2.094 trabajadores en 1984, a 1.640 en 1985 y a 809 en 1986.
Los esfuerzos de Telefónica
De esta manera, a finales de 11984 se encontrarán en suspensión temporal de empleo 1.190 trabajadores (2.730 de plantilla excedente, a la que hay que restar 1.140 jubilaciones, 300 incorporaciones a CTNE y 100 bajas diversas), a finales de 1985 los trabajadores en suspensión temporal habrán disminuido a 759 (1.640 de plantilla excedente, menos 300 incorporaciones a CTNE, 481 jubilaciones y 100 bajas diversas) y a finales de 1986 no habrá ningún trabajador en suspensión de empleo, ya que las 809 personas de plantilla excedente se habrán eliminado mediante 409 jubilaciones, 300 incorporaciones a Telefónica y otras 100 bajas de diversa índole.
La consecución de estos resultados, sin embargo, pasa por obtener el éxito en los nuevos aumen-
Las previsiones del grupo Standard Eléctrica
tos de la demanda, tanto la generada por Telefónica como por el propio grupo mediante nuevos proyectos y aumentos de exportaciones y ventas en el mercado interior a otros clientes del sector público y del privado.El plan primitivo contenía unas previsiones de demanda que, a nivel metodológico, pueden dividirse en interior -Telefónica, sector público y sector privado- y exterior. Respecto a la demanda básica de Telefónica (aún no se conocen los productos concretos que, integrarán la demanda adicional), se prevía una estabilización de la demanda global, con 476.000 líneas telefónicas a instalar en 1986, de las que 233.000 serían de técnica electrónica.
También los pedidos de Telefónica en el campo de la transmisión permanecían estables en precios constantes, aunque se apreciaba una creciente participación de los sistemas digitales que alcanzaban una participación del 35% de los sistemas coaxiales y del 52% de los equipos en canal en 1986.
Las previsiones de demanda de cables y de aparatos telefónicos permanecían, asimismo, estabilizadas. Estos últimos, en torno a 550.000 aparatos anuales, aunque se preveía una progresiva sustitución de los modelos actuales por otros, tipo Teide, de tecnología más avanzada, que incluye circuitos electrónicos, y que supondrían más del 60% de la producción en 1986.
Respecto a la demanda del mercado nacional, exceptuada Telefónica, se prevía un incremento del 6,5% anual hasta 1986. El sector público aumentaría sus compras, según estas previsiones, de 4.800 millones de pesetas en 1983 a 8.100 millones en 1987, con un incremento del 67% en los cuatro años (14% de incremento anual), fundamentalmente a través de la reactivación de programas de modernización de las Fuerzas Armadas y del Plan General de Ferrocarriles.
Las ventas del grupo a los clientes privados del mercado nacional, por otra parte, contaban con unas optimistas previsiones, que se duplicarían en el período 1983-1987, al pasar de los actuales 7.250 millones de pesetas a 15.000 millones en 1987. También en este mercado conviene señalar una política de diversificación de la oferta que incluye el incremento de las ventas en el sector de energía solar (1.900 millones en 1987), aplicaciones de la tecnología de la información (4.600 millones en el mismo año), así como la producción de televisores en color y fabricación de componentes electromecánicos para automoción.
Consolidar las exportaciones
Objetivo primordial del grupo ITT es la consolidación en los mercados exteriores, con unas exportaciones que en el período 1983-1986 deberán superar los 56.000 millones de pesetas, con un incremento del 130% (23% de incremento medio anual).
A estas previsiones se añade ahora la demanda adicional. En este sentido, Telefónica no ha hecho pública aún la composición de sus nuevos pedidos, que deben suponer -según las indicaciones de Industria- el mantenimiento de 1.000 puestos de trabaja en ITT durante el período 1984-1986 mediante la citada demanda adicional de 3.600 millones de pesetas.
Por su parte, la demanda adicional del grupo Standard prevé la exportación de aparatos telefónicos a Estados Unidos, para lo cual piensa establecer relaciones con las redes de venta de ITT North America Telecom para conseguir un volumen inicial de 500.000 aparatos vendidos en 1984, que aumentará progresivamente hasta alcanzar el millón de unidades en 1986. En términos de empleo ocupará a 350 trabajadores en 1984, que llegarán a 800 en 1986.
En el campo de sistemas y productos de tecnología avanzada en el área de la ofimática (procesadores de textos, télex, terminales de datos, etcétera), ITT ha comenzado una serie de contactos en el exterior que, en principio, pueden plasmarse en acuerdos con ITT Qume.(California) para establecer unas bases de colaboración en el campo de las impresoras de alta velocidad con el objetivo de introducirse en el mercado norteamericano y en Europa; con ITT-Courier (Arizona) se establecerá una colaboración semejante para fabricar terminales informáticas de entrada de datos y de ordenadores personales. La generación de empleo de estas actividades se situará en 300 puestos de trabajo, cifra que puede ser considerablemente mayor en el futuro.
Televisores y vídeos
También se contemplan nuevos proyectos en el área de la electrónica de consumo, que incluye uno relativo a la fabricación de televisores en color de sistema Secam para exportar a Francia y norte de África y que se iniciará mediante la fabricación por módulos de 10.000 receptores, que se irán ampliando a medida que progrese la penetración en estos mercados. Este proyecto supone el empleo de 35 trabajadores por cada módulo de 10.000 unidades. Asimismo se contempla la fabricación de vídeos VHS en varias fases, comenzando con el simple ensamblaje y que podría continuar con la nacionalización de determinados elementos. El volumen de producción inicial se situará en 10.1000 unidades anuales.
Estas ampliaciones al programa inicial exigirán una inversión adicional de 1.000 millones, con lo que las inversiones totales para nuevas actividades en el período superarán los 7.000 millones de pesetas.
Entre los proyectos dirigidos a sustituir importaciones destaca el establecimiento de una planta de componentes microelectrónicos (con capital mayoritariamente español) que podría suponer una inversión de 4.500 millones a 7.500 millones de pesetas para producir anualmente entre 4,5 y 8 millones de circuitos integrados y una generación de empleo de 200 a 350 personas, aunque las cifras finales dependerán del estudio de la demanda contenida en el Plan Electrónico Nacional.
La reordenación de la producción, por otra parte, contempla que la factoría de Toledo se dedique a la fabricación de placas de circuito impreso y al ensamblaje y prueba de sistemas electrónicos; la de Málaga, al ensamblaje y prueba de aparatos telefónicos; la de Santander, a los cables telefónicos, y la de Villaverde, a la fabricación de elementos metálicos, al ensamblaje de subconjuntos, equipos electromecánicos y electrónicos (estos últimos correspondientes a Marconi), así como la fabricación de aparatos telefónicos.
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