El pintor García-Ochoa leyó ayer una alocución dedicada a su antecesor y maestro, Benjamín Palencia

El pintor expresionista Luis García-Ochoa Ibáñez, de 65 años, que ingresó ayer en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, basó su discurso de posesión en Benjamín Palencia, su entorno y su época, el pintor que ocupó el sillón 24, el mismo número asignado a García-Ochoa. En su conferencia, éste comenzó diciendo que conoció a Palencia "en los ya lejanos días de mi juventud, justamente cuando una palabra o una actitud pueden iluminar un camino indeciso". Curiosamente, el nuevo académico ocupará el sillón que dejara Benjamín Palencia.En su discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes, García-Ochoa no dudó en considerar a Benjamín Palencia como un pintor de la generación del 27 "pues el 27 no se reduce a sus poetas, sino que se extiende y se engrandece con todos aquellos artistas que fueron capaces de interpretar el espíritu de su tiempo, de venerar y renovarse en sus clásicos, de practicar un arte no restringido sino con sentido de universalidad".

El pintor, fundador de la llama da Escuela de Madrid, consecuencia de la de Vallecas, donde se exaltaron los paisajes de Castilla en los años cincuenta, habló del ciclo impresionista y se refirió a Cézanne como "el pintor más conceptual del impresionismo, precursor de artistas constructivos".

No olvidó nombrar a Giotto, Ucello y Piero de la Francesca, artistas que tuvieron gran influencia en Palencia, así como explicar cómo la exposición que inauguró en Berlín, del pintor que le antecedió en el sillón de la academia, fue clausurada por las autoridades nazis, ya que la consideraban en el llamado "arte degenerado".

El discurso denso y preciso de García-Ochoa Ibánez fue contestado por el académico Enrique Lafuente Ferrari, quien aclaró que, con el ingreso del nuevo académico, "la Academia insiste en su voluntad de renovación, sin la cual las más honrosas tradiciones, como puede ser la nuestra, se esclerosan inevitablemente".

Definió al nuevo académico como "un artista con fantasía, cosa de que ha estado siempre muy escasa la pintura española".

Después de relatar biográficamente la trayectoria del nuevo académico, Lafuente Ferrari dijo que "estoy seguro de que aún nos dará sus mejores obras, pero el punto alcanzado en su pintura apasionada y moderna le hacían apto para que viniese a integrarse en nuestra corporación corno digno exponente de la inquietud de las nuevas generaciones".