Tres familias se niegan a sacar los restos de sus parientes de un cementerio que será inundado

Tres familias de Sallent de Gállego (Huesca) se oponen a que los restos de sus parientes sean trasladados del viejo cementerio de la localidad, que va a ser inundado por las aguas del embalse de Lanuza, tras haber dado la orden para ello el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) a través de la Confederación Hidrográfica del Ebro, titular de dicho pantano.

El embalse de Lanuza inundó la localidad del mismo nombre, así como parte de sus tierras, y en la actualidad sólo contiene entre seis y ocho millones de metros cúbicos de agua, cuando su capacidad real es de 25 millones de metros cúbicos.La Confederación Hidrográfica del Ebro permitió, al construirse el embalse, que algunos de los vecinos afectados pudieran cultivar sus tierras enajenadas, tras varios conflictos, hasta que éstas quedarán inundadas por las aguas. Este momento ha llegado ahora, al dar la orden de llenar el embalse, que cubrirá por completo el viejo cementerio, pero encuentra la resistencia de tres familias, residentes en Sallent de Gállego, que se niegan a trasladar los restos de sus parientes.

La empresa Energía e Industrias Aragonesas, concesionaria del salto hidroeléctrico situado al pie de la presa, está trasladando, con el permiso oportuno, los restos enterrados en el viejo cementerio a otro nuevo, construido en Sallent con fondos públicos.

"Una vez recibamos la notificación de este traslado, nos dirigiremos un día de éstos a esas tres familias que se niegan, para que den el oportuno permiso, puesto que ya no tiene sentido su postura, al no poder seguir cultivando sus tierras. Si se niegan, sintiéndolo mucho, las tumbas quedarán tapadas con una losa de hormigón y cubiertas por el agua", manifestó ayer el delegado del Gobierno en la Confederación Hidrográfica, Eugenio Nadal.

El delegado añadió que no se pueden desperdiciar unas inversiones públicas realizadas en la presa y que las negociaciones con esas tres familias, agricultores y comerciantes, entre ellos el alcalde de Sallent, duran desde hace seis años. "Sabemos que es una decisión dolorosa, pero si se niegan no quedará más remedio. El MOPU y nosotros mismos hemos dado la orden de llenar el embalse".

Seguir cultivando

Se cree que estas familias se aferran a los restos de sus antepasados para evitar de esta manera que se llene el embalse y poder así seguir cultivando las tierras. La Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Ebro, en una reunión celebrada en el mes de septiembre, conoció y ratificó una resolución del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo en la que se ordenaba la cobertura de la capacidad total del embalse en el más breve plazo posible.En base a esta decisión se concedió un período de tiempo para el traslado voluntario de los restos del cementerio, que fue aceptado mayoritariamente con la excepción de las tres familias citadas.