El Gobierno francés prepara una ley que limite la concentración de periódicos
El Gobierno francés presentará muy pronto un nuevo estatuto de la Prensa en el que se pretende conciliar las libertades de expresión y de empresa en una economía de mercado. Uno de los objetivos de la nueva regulación es "limitar la concentración de periódicos".
La vigente legislación francesa sobre la materia data de la época de De Gaulle, al término de la segunda contienda mundial. Esas ordenanzas ya se preocupaban del problema de la concentración y prohibian a una misma persona la dirección de varios diarios. En la práctica, nadie cumple dicha ley, y los tribunales no actúan. El caso de Robert Hersant, propietario del diario conservador Le Figaro y de dos docenas más de periódicos, es el más llamativo. El propio ministro de la Comunicación, secretario de Estado, Georges Fillioud, reconoce que "la no aplicación de la referida ley demuestra que ya no corresponde a las realidades del momento".
Sin recorte de libertades
Lo que ahora quiere el Gobierno socialista es elaborar otra normativa que, fundamentalmente, limite la concentración de periódicos, sin que esto conlleve un recorte de libertades. Esto es, los socialistas franceses desearían salvaguardar totalmente dos regímenes de libertades que, en principio, se oponen: la libertad de opinión o de las ideas, y la libertad de empresa, es decir, el derecho a que el dueño de un periódico haga lo que le pareía bien.Los socialistas estiman que la concentración es la culpable de la desaparición de periódicos en Francia. En 1946 había 175 diarios y hoy no hay más que 73. En el mismo orden de cosas, anotan que al inicio de la década de los años sesenta, en 17 departamentos franceses no se podía leer más que un diario regional o local. Y, hoy, esa situación se ha extendido a otros seis departamentos.
Las autoridades concluyen que su nuevo estatuto impedirá "que un grupo de Prensa pueda acre centar indefinidamente su situa ción de monopolio".
Una de las directrices que contiene el nuevo estatuto de Prensa consiste en diferenciar la Prensa nacional y la regional: un mismo grupo no podría, ser propietario de un gran periódico de circulación nacional y de otro diario importante de carácter regional. De cara a preservar el pluralismo, está prevista la creación de un organismo independiente de todos los poderes.
La opinión de este país ataca duramente la concentración de Prensa como un mal que puede dañar el pluralismo, pero, al mismo tiempo, se muestra preocupada por los proyectos gubernamentales, porque muchos consideran que "la lógica económica y la libertad del propietario no se entienden con la ética política".
