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"Solo cerrarán Sagunto si interviene el Ejército o cortan el suministro de carbón o electricidad"

"Sólo podrán cerrarnos la fábrica si interviene el Ejército, o bien si cortan el suministro de materias primas -especialmente carbón de coque- o de energía eléctrica. No estamos desmoralizados y aguantaremos lo que podamos, como hemos hecho hasta ahora", ha manifestado el presidente del comité de empresa de Altos Hornos del Mediterráneo (AHM) en el curso de unas declaraciones concedidas a este periódico.

Los trabajadores de AHM y los habitantes de Sagunto se encuentran ahora ante la tercera concentración en Madrid desde que se inció el conflicto, que está previsto se celebre el próximo jueves, y también ante la décimosegunda huelga general para el mismo día. Ambas medidas coincidirán con la reunión prevista de la comisión de seguimiento de la reconversión siderúrgica.El conflicto comenzó el 4 de febrero del pasado año, cuando la dirección de la empresa ordenó cerrar el horno alto número 2 y los trabajadores se opusieron. Ahora, empleados y población han ido formando una piña y la oposición a medidas de este tipo será frontal. "El corte de energía eléctrica", dice Campoy, "podría ser muy peligroso para una cantidad importante de instalaciones, especialmente para la fábrica de oxígeno, pero también para los hornos altos. No se pueden permitir cortar la electricidad, a no ser que quisieran practicar una política como Atila, de que aquí no vaya a quedar nada. Ya se planteó esta posibilidad cuando mantuvimos el funcionamiento del tren 28, y no por nosotros sino por instancias de más arriba. No creo que sean tan imprudentes como para eso".

Campoy hace referencia a que la Administración tiene previsto cerrar el horno alto número 2 el 1 de noviembre próximo, si bien parece que se ha aplazado la, decisión. Si se cortase el suministro de electricidad o de materias primas "se cerraría también el 3 y no hay por qué hacerlo, ya que está previsto que continúe en actividad hasta el segundo semestre del 84".

En este momento son esos dos los hornos que están funcionando en Sagunto, pues el número 1 hace más de dos años y medio que se cerró para ser reparado, pero no lo ha sido en un plazo razonable. Sobre la vuelta al régimen normal de este horno ha sido más difícil presionar y no parece que vaya a cambiar la situación actuaI. "El problema", dice Campoy, "es qué vamos a hacer cuando llegue la orden de cerrar el horno número 2. Todos los trabajadores, y nosotros mismos, tendremos que teneir mucha imaginación pára que no se lleve a efecto".

Vuelve inevitablemente la cuestión de si es cierto que los trabajadores, a través del comité de empresa, tienen realmente en estos momentos el control de la factoría. "Sobre este tema se ha hablado mucho", indica Campoy. "Y yo creo que no es que se tenga el control de la factoría. Lo que ocurre es que nos hemos visto obligados a llevar a la práctica acciones fuera de lo normal. Pero una empresa de esta envergadura tiene unos resortes que se escapan al comité de empresa. Lo cierto es que la posibilidad de poder comprar carbón o mantener el suministro de energía no está en nuestras mano".

"Una cuestión", concluye el presidente del comité, "es desarrollar una acción en el estricto ámbito de la empresa, y otra el tener que salir fuera de las vallas, y entonces hay que pensar quién tiene realmente el control. Sobre el corte de suministros tengo mis dudas, porque en cualquier momento pueden asfixiarnos".

Cuando el movimiento de rebeldía frente al cierre del tren 28, "lo que realmente ocurrió es que estábamos con un stock de carbón muy bajo y entonces no se puido decir, pero lo cierto es que hubo medidas concretas para cortar el suministro, aunque no se llegó a la situación de quedar afectados por la falta de coque".

"En estos momentos, tenemos existencias que nos permiten una garantía de funcionamiento pra 16 o 17 días. Hace poco que descargó un barco con 14.000 toneladas y otros dos con 6.000 o 4.000 cada uno".

Campoy piensa también en la posibilidad de que llegue a intervenir el Ejército, "pero no sé si pueden haber decidido alguna otra cosa. Lo que está claro es que nosotros haremos lo que ya venimos haciendo desde hace casi un año: seguir aguantando. Y, desde luego, no estamos desmoralizados".

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