Crisis, enfrentamientos y escisiones entre los dirigentes de Alianza Popular en siete regiones
Alianza Popular (AP) atraviesa un periodo de crisis -por enfrentamientos, fundamentalmente personales, que incluso han dado lugar a escisiones- en siete regiones: Andalucía, Cataluña, Galicia, Canarias, Navarra, Cantabria, Aragón. En Galicia han surgido las tensiones por lo que algunos sectores del partido entienden como excesiva preponderancia del presidente de la Junta. Después de que se anunciase a Joan Gaspar como candidato para las elecciones autonómicas de Cataluña, éste renunció, y Jorge Fernandez dejó sus responsabilidades, cesado, aunque públicamente se presentase como dimisión.
La junta regional de Alianza Popular de Navarra ha propuesto al comité nacional de disciplina del partido la expulsión de una serie de miembros electos de dicha junta. Esta decisión se ha tomado a raíz de la publicación por éstos, en un periódico local, de una carta en la que, en tono crítico y muy duro, los firmantes señalaban que José Luis Monje y Pedro Pegenaute, presidente y secretario general de AP de Navarra, respectivamente, podían marcharse.En su reunión, celebrada ayer -informa Carmelo Ridruejo- la junta regional ha reiterado su total apoyo a Monje y Pegenaute, "cuyas actuaciones comparte plena y totalmente".
En esta carta se criticaba la negativa de AP a entregar a uno de sus parlamentarios forales, Lucio Jiménez, la asignación mensual que reparte el legislatrivo navarro por escaño. El texto publicado enumeraba, además, los diferentes sueldos que cobraban o han recibido tanto Monje como Pegenaute.
"Pero en muchas de vuestras decisiones y, desde luego, en el trato verdaderamente poco ético y absolutamente inhumano tenido con nuestro parlamentario Lucio Jiménez", decia el texto, "la conciencia no puede dejar de clamar: no se puede ir con vosotros, Monje y Pegenaute".
A la vista de la publicación de este escrito, la junta regional de AP decidió abrir expediente disciplinario y proponer la expulsión del partido de tres de los siete firmantes. Decidió, asimismo, proponer a la comisión nacional de disciplina el inicio de un expediente al parlamentario foral Lucio Jiménez, "a fin de determinar sus responsabilidades por su actuación contraria a la imagen del partido".
Igualmente propuso este organismo la iniciación de un expediente a Manuel de Pablo Garcia, ex gerente de AP de Navarra, por las responsabilidades en que haya podido incurrir como presunto autor de la referida carta y como supuesto inductor y principal responsable de todo lo sucedido. Se propone que sea expulsado de AP.
La crisis de AP en Málaga, abierta hace un mes aproximadamente, ha terminado con la escisión en el seno del Grupo Popular del ayuntamiento: este grupo está dividido en dos, uno integrado por cinco concejales y otro por tres. La ruptura definitiva se conoció el jueves por la noche, -informa José Antonio Frías- durante la celebración de un pleno municipal que aprobó una moción de reestructuración del grupo, presentada por los disidentes que pertenecen al sector más conservador del partido.
El enfrentamiento surgió a finales de septiembre, cuando cinco miembros del Grupo Popular, entre los que se encuentra el representante del PDP, decidieron el cese del portavoz, José Céspedes, y del teniente de alcalde, José Lorca Navarrete.
Los primeros días de octubre, durante una reunión de la ejecutiva provincial de AP, se llega a un pacto secreto entre ambos sectores, que se rompe al trascender su contenido a los medios de comunicación. Ya en plena crisis, viaja a Málaga el secretario general de AP, Jorge Verstrynge, que, al no conseguir un acuerdo, ordena la disolución de la ejecutiva provincial y nombra una comisión gestora, a cuyo frente coloca a José Lorca Navarrete, representante del sector más progresista.
Los cinco concejales disidentes mantienen su postura y hacen una propuesta firme de reestructuración del Grupo Popular, ante la cual la gestora decide suspender de militancia a sus concejales, decisión ratificada después por el comité nacional de disciplina.
Junta gestora para Zaragoza
Tras la disolución del comité provincial a causa de los contínuos enfrentamientos personales de sus miembros, una junta gestora se ha hecho cargo de Alianza Popular en Zaragoza hasta la celebración de un congreso extraordinario.Rafael Zapatero, presidente de los comités provincial y regional, ha justificado la disolución del comité, medida acordada por él mismo en la últirna reunión, por los contínuos enfrentamientos personales que "hacían ingobernable e ineficaz la actividad del partido". Zapatero -informa Javier Ortega- ha negado que haya corrientes internas en AP, opinión que no es compartida por otro sector, que habla de ultraconservadores y progresistas que se disputan la irifluencia en el partido.
Según Rafael Zapatero -que cuenta con el apoyo de las nuevas generaciones- tras las últimas elecciones ha crecido el número de militantes en el partido y "el 50% son nuevos y no se han integrado en los órganos de gobierno, por lo que el comité provincial ya no era representativo"
La junta gestora, para cuya formación Fraga dio plenos poderes a Zapatero, estará integrada por personas que no han participado en la política interna del partido, y será la encargada de preparar el congreso extraordinario a celebrar en los primeros meses de 1984.
Enfrentamientos en Cantabria
Las intensas gestionel realizadas en las últimas horas por Mateo José Rodríguez Gómez -candidato a la presidencia de AP de Cantabria, propuesto por Manuel Fraga- culminaron la semana pasada tras aceptar miembros de las otras dos listas integrarse en la candidatura oficialista.No obstante, según informa Víctor Gijón, en medios de la organización aliancista existen serias dudas sobre la efectividad de un pacto de última hora. Según un cualificado dirigente de este partido, "sigue produciéndose la misma amalgama de nombres criticada por algunos de los que ahora han aceptado su inclusión en la candidatura".
El hecho de que Rodríguez Gómez, diputado a Cortes por Cantabria, no fuera discutido como futuro presidente, ha favorecido el acuerdo entre los diversos sectores que se enfrentan en el seno de AP de Cantabria. Sin embargo, no es descartable que las divisiones internas surjan de nuevo, con mayor virulencia si cabe, después de la celebración del segundo congreso regional.
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