La casa-cuartel de Lecumberri, en estado casi ruinoso
El cuartel de la Guardia Civil de Lecumberri (Navarra) ha quedado en, estado prácticamente ruinoso, tras el bombardeo con granadas y ametrallamiento de que fue objeto durante la noche del pasado domingo. Ana Belén Ramón Álvarez, de cinco meses, hija de un guardia civil, que resultó herida a consecuencia de dicho atentado, se recupera de sus heridas "sin síntomas que hagan prever una mala evolución de los traumatismos", según el último parte médico del estado de la niña facilitado ayer en el Hospital de Navarra, en cuyo servicio de Neurocirugía se encuentra Internada.
En este atentado terrorista, del que hasta el momento nadie se ha responsabilizado, "sólo la suerte ha evitado una tragedia de personas inocentes y además ajenas totalmente a la función policial", declaró ayer en conferencia de prensa el delegado general del Gobierno en Navarra, Luis Roldán. En su opinión, la casa-cuartel como consecuencia del lanzamiento de cuatro granadas de carga hueca, calibre 83 milímetros, y los numerosos disparos de que fue objeto ha quedado prácticamente en ruinas. "Ya antes de este atentado", dijo, "era un cuartel viejo en mal estado, como casi todos, pero este atentado ha rematado la operación".
La acción terrorista se produjo sobre las 22.30 horas de la noche, momento en que cuatro granadas fueron lanzadas contra el edificio. Uno de los proyectiles entró por una de las ventanas de la planta superior en tanto que los otros tres hicieron impacto contra la fachada dejando otros tantos boquetes, aunque sin llegar a perforar el mismo.
La Guardia Civil abrió fuego desde una de las ventanas contra los agresores, cruzándose numerosos disparos con el comando atacante. En la fachada del cuartel -que el 23 de septiembre de 19751 ya fue objeto de una acción similar por parte de ETA Militar- se pueden observar los impactos de al menos diez disparos, si bien varios más penetraron al interior por las ventanas.
La casa-cuartel de la Guardia Civil de Lecumberri - está situada en pleno centro del casco urbano. Consta de planta baja y dos alturas y en ella viven cuatro familias, además de un guardia soltero. Uno de los pisos, concretamente el más afectado, se encontraba deshabitado ya que la familia se había trasladado fuera porque la esposa del guardia civil estaba a punto de dar a luz. Al hundirse el suelo de este piso, tras romperse las vigas, fue a caer justamente en la habitación donde se encontraba la pequeña Ana Belén. Tras la explosión la cuna apareció cubierta de cascotes. Los padres recogieron a la niña que se encontraba sangrando por la boca, nariz y oídos trasladándola urgentemente al Hospital de Pamplona donde se le apreció que sufría "traumatismo craneal, erosiones y contusiones superficiales en cuero cabelludo y cara, con fractura de huesos propios de nariz", con pronóstico reservado.
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