Centrales sindicales y Administración critican a Iberia

La dirección de Iberia recibió ayer críticas de dos frentes: la comisión intersindical y el Ministerio de Transportes. Ambos dudan que, tal como van las cosas, las pérdidas de la empresa, con una plantilla de 23.700 trabajadores, no sobrepasen el próximo año los, 24.000 millones previstos para el ejercicio que se cierra este mes. Un portavoz de la compañía ha mostrado su extrañeza por tales críticas, después de interpretar las sindicales como dirigidas a urgir soluciones del Instituto Nacional de Industria (INI) y de la Administración.La declaración de la comisión intersindical, formada por los sindicatos UGT, CC OO, USO, SITA, SAY y SEPLA, urge al INI y a la Administración que contesten antes del 26 de octubre, fecha límite que dan también a la dirección para iniciar negociaciones. Pero, al facilitar estos acuerdos, portavoces de UGT añadieron que la salida de la crisis requiere un cambio en la dirección, que el plan de gestión intenta justificar los 24.000 millones de pérdidas, y que no están dispuestos a negociar un plan de personal a un año sin un programa coherente a mayor plazo.

Por su parte, Pedro Tena, director general de Aviación Civil, del Ministerio de Transportes, señalaba ayer, en declaraciones a Cinco Días, que el plan carece de realismo y hace dificil pensar en una reconducción de las pérdidas, estimadas para 1984 en torno a 40.000 millones. El ministerio hace meses que intenta tener bajo sus competencias a Iberia y Aviaco, dependientes a través del INI.

El portavoz de Iberia contestó que, en una reunión mantenida con los sindicatos el pasado día 11, la dirección dijo que el plan pretende impedir los 40.000 millones de pérdidas en 1984, con medidas de personal, pero también de gestión, financieras (a cargo del INI), y otras dependientes de la Administración. De momento no se ha recibido respuesta del INI ni de la Administración.

Según el presidente de Iberia, el plan permitirá reducir en 1984 "sustancialmente" las pérdidas de 1983, explicadas por los altos costes financieros (22.700 millones) que impone la falta de recursos propios, la apreciación del dólar y la subida de combustibles. Sin los dos últimos conceptos, la desviación sobre los presupuestos de 1983 (contener las pérdidas del año anterior, 8.124 millones) habría sido del 1 %.