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Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
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El Tribunal Supremo

El otro día salió aquí "estalinista" por estatalista, que era lo que uno había escrito y uno no se tomó el afán de rectificar porque uno cree, con André Breton, que "las erratas son sagradas". Cuando corrijo pruebas de mis libros, no corrijo erratas, sino que las reafirmo, porque casi siempre aciertan mágicamente. La errata es una calumnia tipográfica, y de la calumnia siempre queda algo: cuando menos, queda Voltaire, que lo dijo. Por otra parte, por qué no puede haber en talleres un currante que prefiere estalinista a estatalista, y a quien le ha traicionado el subconsciente colectivo de clase. Yo respeto a ese rojo y tronco. Pero la errata me ha valido plurales anónimos de diversas siglas no menos confusas que reaccionarias. Algunos los guardo. Esta mañana me llaman del New York Times, de la propia Nueva York, para hacerme una entrevista cultural. No saben en qué movidas no/culturales anda uno metido. A lo que iba. Que el Tribunal Constitucional, que he definido en esta columna como el Manderley (casa/misterio de Rebeca/Jean Fontaine: ¿te acuerdas, Carola, amor/amor?) se está convirtiendo, día a día, en una respuesta adusta y procesal a las decisiones del Gobierno y de las Cortes. Aquí en este matutino/ manchego ya lo han dicho a su manera. Yo lo digo a la mía. Hay escritores que van de exquisitos y escriben atestadolatiborrado en un mismo párrafo. ¿Es que eso es crear lenguaje? Menos mal que hoy almuerzo con Cela en Lhardy. Y otra vez a lo que iba: que cada uno tiene su manera de decir y yo no digo que mi barca sea la mejor del puerto. Y quítate del sol que te quema la ¿ara. El Tribunal Supremo se ha convertido en el Manderley con suspense de la vida nacional porque el Gobierno ha empezado la casa por arriba como las Torres de Colón/Jeriñac/Ruiz Mateos. Y ya se ve cómo han acabado las Torres: nacionalizadas. Lo primero que hacía falta aquí -el juez Chamorro lo tiene muy dicho, y otros jueces, sólo que él guardaba en casa la cabeza de Machado y eso siempre es un toque- era una re forma de la Administración de Justicia. La reforma no se ha he cho, y todo el inmanentismo/ quietismo de la jurispericia espa ñola y napoleánica, se levanta ahora -Manderley- contra el Gobierno mismo, como es el caso de las abortistas de Bilbao, que van camino de ser las brujas de Salem, sin otro Arthurt Miller que las glose que no sea yo (y una Marilyn no me falta). Napoleón lo decía'muy claro: "Tengo dos cientos mil hombres de renta". Era su fuerza. Felipe González tiene diez millones de hombres/mujeres de renta, lo cual que es más que Napoleón. ¿Por qué no arremete/acomete con la reforma de la Administración Fiscal? Lo que la derecha del armario, derecha/ Pinter o derecha/Fraga pierde en la hemiplazuela de las Cortes, va luego y lo gana en el Supremo. Es tamos asistiendo al nacimiento/ crecimiento de dos poderes deu teragonistas, y así no puede ser. Agustín Úbeda me ofrece un cuadro. Carol Maier me ofrece un futuro. El Banesto (sin Pitita, ay) me ofrece unos bonos. Jorge Roa, del Ministerio de Ciencia, me ofrece una colaboración. Miguel Hermoso me ofrece una película. Seix Barral me ofrece un almuerzo con Cela (qué placer del texto galaicocastellano, Dios); Rafansón me ofrece una cena con la maculada (adorable antei/des pués de Álvaro Delgado) y sus wodkas polacas, con be, mucho mejor que las suecas, aunque se me cabree Dubinin, I'm sorry; Gerardo Iglesias me ofrece una alternativa (pero no me ha llevado con él a ocupar fincas andaluzas, quizá porque presenté el libro de Carrillo); Lara me ofrece un contrato. Pero lo único que yo quiero es que el monstruo del lago Ness que es la democracia española se haga demócrata y no condene obreras abortistas, que la española cuando aborta es que aborta de verdad y a ninguna le interesa abortar por frivolidad.

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