'Danton', de Wadja, recibida en la Semana de Cine de Valladolid con tibios aplausos

Con bastante frialdad y unos tibios aplausos recibió el público la penúltima película del polaco Andrzej Wajda, Danton, con la que se inaguró la 28ª Semana Internacional de Cine de Valladolid, en la noche del sábado. Danton se presentó doblada y dispuesta ya a entrar en los circuitos comerciales, circunstancia esta que pudo influir en la valoración final de los espectadores. El filme es una clara parábola con la que el director de cine polaco arremete contra algunos aspectos y contra la estructura general de su país.

No es casual que Wajda haya escogido, en estos momentos, ese pasaje de la historia, la Revolución Francesa de finales del XVIII, ni esos personajes, ni que enfrente, con un maniqueismo cuidado y palpable, la figura del idealista-populista Danton a la del pragmático y frío Maximiliano Robespierre. La realidad polaca aparece entre líneas en todos y cada uno de los pasajes de la película, a la que le sobra su excesiva vinculación al teatro con tintes demasiado guiñolescos.El indio Mrinal Sen presentó, dentro de la sección Perspectivas 83, su último filme, Kharij, una película que quiere ser, en palabras de su autor, "un proceso de autocrítica, algo que persiguo desde hace años". Parte de un accidente -la muerte del criado de una familia pequeñoburguesa- para analizar las contradicciones tanto de esta familia como de la sociedad, más preocupadas de que no les ocurra nada, que de poner solución a hechos como los que dan lugar al fallecimiento del joven.

El sábado echaron a andar también los tres ciclos organizados este año por la Seminci. Bastantes críticos y aficionados han optado, como sucedió el año pasado, por acudir a redescubrir el viejo y casi ignorado cine español. En 1982, Edgar Neville, fue todo un hallazgo para muchos, y este año se intenta buscar algo similar en Luis Marquina y Carlos Serrano de Osma, a quienes el festival vallisoletano rinde homenaje con la proyección de 13 obras del primero y ocho del segundo.

Las secciones dedicadas al novísimo cine francés y al cine árabe son de momento una incógnita atractiva, sobre todo el segundo, que engloba un total de 38 películas totalmente desconocidas en España y procedentes de países de cuyas filmografías se sabe muy poco.

La edición de 1983 es clave para el futuro de la Seminci. El festival vallisoletano lleva varios años inmerso en una incertidumbre en la que no puede continuar. Sólo el gran esfuerzo económico que viene realizando el ayuntamiento, las ayudas del Ministerio de Cultura -aunque suelen llegar con muchos meses de retraso- y la labor, muchas veces desinteresada y altruista, de los miembros del comité de dirección han permitido a la Semana Internacional de Cine de Valladolid mantener un nivel de calidad digno y cumplir con sus objetivos: presentar en España autores y filmografías nuevos, rescatar obras o directores olvidados, organizar ciclos sobre narrativas o experiencias cinematográficas distintas y lograr que, al menos por una semana, prime la vertiente cultural del cine sobre la comercial.