La policía conversa con Sáenz de Ynestrillas para lograr la entrega de su hijo

La policía ha entrado en conversaciones con el comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas con el fin de llegar a un acuerdo para que se entregue su hijo Ricardo, actualmente en paradero desconocido junto con otros dos ultraderechistas, todos ellos integrantes del comando que desarmó el pasado 1 de septiembre a dos policías nacionales- en Madrid.

El comandante Sáenz de Ynestrillas se encuentra desde hace unos días en Madrid, después de haber obtenido un permiso de sus superiores para viajar desde Las Palmas de Gran Canaria, donde se encuentra destinado.Un miembro de la familia Sáenz de Ynestrillas consultado sobre las conversaciones se remitió para cualquier tema relacionado con este caso al abogado de la familia, el letrado Antonio Muñoz Perea, yerno del dirigente de Fuerza Nueva Blas Piñar y defensor de varios procesados en el 23-F. Sin embargo, Muñoz Perea no quiso responder a las preguntas que se le hicieron en este sentido.

Hasta la fecha se han producido varios intentos para llegar a un desenlace del caso que no resultase violento, aunque ninguno de ellos ha fructificado. El primero lo protagonizó el comandante del to de Tierra en expectativa de destino civil Antonio Torres Gallego, amigo de los tres jóvenes, que entró en contacto con sus familiares para sugerirles su entrega. El último intento le ha costado el puesto al comisario jefe del distrito madríleño de Arganzuela, el policía Juan de la Carrera.

De la Carrera llegó a un pacto con un comunicante anónimo para que se entregara en su comisaría Ricardo Sáenz de Ynestrillas. Este pacto fue puesto en conocimiento del jefe superior de Policía de Madrid, Antonio Garrido, quien lo admitió en un principio como válido, aunque luego rectificó. Cuando De la Carrera estaba preparado para recibir una segunda llamada del comunicante anónimo, observó cómo su comisaría comenzaba a ser rodeada por efectivos de la Brigada Regional de Información.

El responsable de estos efectivos le comunicó al comisario De la Carrera que a Ricardo Sáenz de Ynestrillas había que capturarlo antes de entrar en las dependencias policiales, lo que que provocó un desajuste en los planes inicialmente previstos como fruto del pacto. De la Carrera se puso entonces en contacto con Garrido, que se opuso al pacto y pidió que no le desobedeciera, ya que sus órdenes eran también las mismas que las de sus superiores, en clara referencia al director de la Seguridad del Estado, Rafael Vera. Al parecer, el despliegue provocó la alarma y se frustró la operación.