Defensa del 'corto`
Muy a propósito viene, cuando se ha firmado el acuerdo cine-TVE y a punto de salir una nueva ley de protección a la cinematografía española, la carta que bajo el título Fraude en San Sebastián, escrita por Ebbe Traberg, aparece en EL PAÍS del domingo 2 de octubre.Hay que aclarar, en primer lugar, que los males del Festival de San Sebastián (a pesar de los dignísimos esfuerzos por levantarlo) son ajenos al mal trato generalizado que sufren los filmes documentales y de cortometraje en las manifestaciones cinematográficas no específicas y continuamente en toda su vida, desde que salen de los laboratorios en forma de copia estándar.
El que esto escribe ha visto el escaso interés despertado por un corto llamado Operación Migueleté (una apología de la democracia frente al golpismo, si se me permite la expresión), cuya visión es un regalo de paz y libertad. O situaciones, en el colmo de la desorganización, como la del Festival de Valladolid-82, que entregó un certificado de participación a Buscando a su novia, un corto que no participó porque nadie de la organización del citado festival contestó a la solicitud de inscripción presentada.
Sucesos más cercanos, el caso de la Mostra Cinema Mediterrani-83 (Valencia), que acepta la participación del documental Libertad tras las rejas avisando telefónicamente a su productor (o sea, a mí) de que envíe una copia antes del 25 de septiembre y que a tres días del inicio envía carta avisando que donde dije Digo digo Diego. ¡Ah, bendita contradicción hispánica!
El espectador, la Prensa, la TV y la Dirección General de Cinematograria, tienen que apoyar el cortometraje porque es cine, aunque tenga menor duración que otros productos audiovisuales. Acabemos con el extraño ambiente contra el corto. Hay mucho y malo, y poco y bueno (como en todo). Salvemos el bueno, evitemos situaciones tan extrañas como la que nos cuenta Ebbe Traberg y no olvidemos que cine corto han hecho hasta los hermanos Marx. / . Productor de corto y largometraje.
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