La situación de Renfe
La descripción de la situación laboral de Renfe que ha realizado una comisión investigadora destaca por la cantidad de generalidades que incluye. Da un varapalo a los hijos de los ferroviarios, que, por lo visto, no tenemos ni somos capaces de adquirir una sólida cultura industrial.Es cierto que en las últimas convocatorias para el ingreso en Renfe ha habido preferencia para los hijos de ferroviario, ¡pero sólo en el caso de tener la misma puntuación que otro ajeno a la empresa y sólo en la primera de las pruebas, la cultural! (no siendo así en las restantes: física, médica y psicotécnica).
Luego, llegamos al fascinante capítulo del "paternalismo benevolente", que gira en torno al. apasionante asunto de los fastuosos viajes gratuitos -Tamames dixit- y sus costos para el contribuyente. Un kilométrico de familiar supone 18.400 pesetas, que son teóricas, pues la falacia está en que esa cantidad ni la gana el ferroviario ni la pierde Renfe, es un dinero fantasma y en todo caso dejaría de ganarse, que no es lo mismo que perderlo. Además, cerca del 80% de esos kilométricos de los familiares del personal no llegan a agotarse en el término de un año, y en buena parte no llegan a utilizarse. La supresión de tal "privilegio" no hincharía excesivamente las arcas de la red, pero sí el difícil tráfico por las carreteras del Estado.
Sobre el volumen del personal, entre 1953 y 1975 ha existido una fuerte disminución de la plantilla, y actualmente se hacen entre 300 y 900 horas extraordinarias "per cápita". Es decir, falta gente. En el convenio actual se admite el ingreso de 6.000 nuevos agentes para contrarrestar las 10.000 bajas previstas; estamos en el último trimestre del año y todavía no ha salido la convocatoria para cubrir esas plazas. Los expertos dicen que tiende a aumentar la plantilla. Aquí hay un lío de números, porque si cada vez falta más gente, ¿cómo es que la plantilla aumenta?/
