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Cuatro montañeros catalanes se encuentran situados a 500 metros de coronar la cumbre del Everest

Los montañeros Enric Lucas, Nil Bohigas, Jordi Camprubí y Oscar Cadiach, componentes de la expedición catalana al Everest, han pasado la última noche en el campamento 7 provisional, situado a 8.300 metros. Esta situación de los cuatro metros hace prever que la conquista al Everest, el techo del mundo (8.848 metros), es ya inminente. Desde este punto es posible alcanzar ya la cumbre. Así, al menos, está escrito en la historia, cuando la expedición del japonés Kato lanzó el ataque desde un campamento por debajo de los 8.300 metros. Los catalanes no pudieron iniciar el ataque debido al fuerte viento y frío.

El tiempo se mantiene irregular, pero no impide la realización de los trabajos, aunque cada día aumentan las dificultades. Ello ha obligado a variar los planes de la expedición que, en principio, estaban destinados a que Nil Bohigas y Enric Lucas establecieran el campamento a 8.600 metros. Este campamento consistiría en un vivac que se encontraría justo antes de la mayor dificultad del ascenso: el denominado segundo escalón, máxima dificultad técnica de la expedición, consistente en una pared vertical de roca de unos 35 metros y con una dificultad entre 52 y 62 grado. El hecho de que a Bohigas y Lucas se le hayan sumado Camprubí y Cadiach, que ya ha estado en el Everest a una altura de 8.500 metros, pero por la otra vertiente, significa que el jefe de la expedición, Conrad Blanch, ha dado órdenes para lanzar el ataque desde los 8.300 metros y saltarse el campamento previsto a los 8.600.El resto de la expedición se encuentra repartido entre los campamentos 3 (6.500 metros), 4 (7.007 metros) y 5 (7.600 metros) en labores de apoyo a la cordada de ataque. Hasta el momento, cuando se cumplen dos meses y 10 días de la salida de la expedición de Barcelona, el oxígeno sólo había sido utilizado en los descansos nocturnos, pero en esta última etapa de la escalada también se emplea durante el día. La temperatura es a menudo inferior a los 35 grados bajo cero.

Las condiciones climatológicas forman la gran barrera que pudiera provocar el fracaso deesta nueva expedición catalana. Sin embargo, los 12 componentes de la expedición intentan alargar al máximo sus posibilidades, sobre todo, cuando ya se está a tan sólo 500 metros de la cima. La experiencia de los componentes de la cordada de ataque y la ilusión de llegar a la cima hacen prever en las próximas 48 horas un desenlace inminente de la conquista del Everest.

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