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Renfe perderá este año 200.000 millones de pesetas, de los que sólo 50.000 son imputables a la gestión, según su presidente

Las pérdidas de Renfe ascenderán este año a 200.000 millones de pesetas, de los cuales serán imputables a la gestión, en palabras de su presidente, Ramón Boixadós, no más de 50.000 millones. El resto corresponde, según el titular de la empresa pública, a las deudas del Estado, a los intereses de los créditos a medio y largo plazo (60.000 millones este año) y al recurso a créditos a corto para hacer frente a problemas de liquidez (20.000 millones). Los créditos concedidos a Renfe ascenderán a final de año a 230.000 millones de pesetas, "al cambio de la fecha en que se firmaron". Por otra parte, el comité intercentros ratificó ayer la huelga de maquinistas y ayudantes para mañana y aprobó por apretada mayoría la huelga para el día 14.

El presidente de Renfe hizo pública ayer la reestructuración del organigrama de la empresa, que es "sólo un primer paso para una mayor agilidad y claridad en la gestión" y que representa la reducción del 25,7% de los puestos de alta dirección. Por otra parte, antes del próximo día 15, la dirección de Renfe habrá de presentar su borrador de contrato-programa para la actuación de la compañía en los próximos tres años. Entre las decisiones a tomar se solicitará la subida de tarifas, Al menos en la misma proporción que el índice de precios al consumo.El comité intercentros de Renfe decidió, después de una larga reunión celebrada ayer, desoir la petición del presidente de la compañía de conceder un compás de espera de dos meses, para negociar "desde cero y con los objetivos marcados para los próximos tres años". La propuesta de la presidencia, formulada en una reunión mantenida a primera hora de la mañana, en la que se informó al comité de los objetivos que persigue la reestructuración iniciada en la dirección, se fundamenta en que las relaciones industriales han de quedar delimitadas dentro del contrato-programa que se espera esté aprobado en diciembre.

La huelga de mañana afecta exclusivamente al personal de conducción (ayudantes y maquinistas), pero supone la posibilidad de que se paralice el tráfico ferroviario, salvo el cubierto por los servicios mínimos que garantizan el 50% de los trenes de cercanías y el 25% de los de largo recorrido. El presidente de Renfe insistió ayer en que los motivos de la huelga se circunscriben a la negativa de los maquinistas a que les sean reducidas parte de sus horas extraordinarias. Un portavoz del comité declaró que el nuevo gráfico de servicios implanta turnos que suponen el deterioro de las libranzas y la permanencia de más tiempo fuera de casa, pero sin apenas incidencia en lo económico.

El comité intercentros ratificó también ayer, por apretada mayoría -37 votos frente a 33 (votaron a favor CC OO y Sindicato Libre Ferroviario y en contra, UGT y USO)-, la convocatoria de huelga de todo el personal de la red para el próximo día 14, como consecuencia del incumplimiento del convenio. Éste se concreta, en opinión de CC OO, en el no ingreso de 5.000 nuevos empleos pactados, clasificación de categorías, implantación de la cadencia de cinco días de trabajo y dos de descanso, y sistemas de primas en obras e instalaciones. Por su parte, el portavoz de UGT, Enrique Santos, declaró que la votación no era más que el reflejo de posiciones ya tomadas y que "la mayoría de los empleados están en contra del paro".

Reducir gastos

La nueva estructura de Renfe, aprobada en el consejo de administración de la compañía celebrado el miércoles, supone en palabras de su presidente, Ramón Boixadós, un primer paso para eliminar la macrocefalia burocrática de los organismos centrales de la compañía, de la que dependen 12.000 personas, que absorben el 36,9% del gasto -incluidos costes laborales- de la empresa. El número de altos directivos pasará de 35 actuales a 26. Las estructuras inferiores serán asimismo revisadas. En la actualidad, de las 848 direcciones y jefaturas de Renfe, 509, el 60%, corresponden a los organismos centrales de la compañía. El comité de dirección queda reducido a cinco personas y el presidente asume la dirección general.El presidente actual asume la dirección general y se estructura la red en tres direcciones generales adjuntas, que dependerán directamente del presidente y qué sustituirán a las seis direcciones de área existentes en la actualidad. La nueva dirección Económico-Financiera asumirá las competencias económicas y financieras, la de Explotación tendrá la responsabilidad sobre las ventas y la rentabilidad de los servicios que presta Renfe, y la de Apoyo Logístico extenderá su competencia a los temas de planificación y rentabilidad de inversiones.

La compañía creará una empresa, Tecnología e Investigación Ferroviaria, SA -como nombre probable- cuya misión será impulsar una tecnología propia, necesaria si se tiene en cuenta que el pago de royalties por material ferroviario asciende a más de 2.000 millones de pesetas al año.

Contrato-programa

La dirección de Renfe ha recibido instrucciones del Ministerio de Transportes para que antes del 15 de octubre presente su borrador de contrato programa para los próximos tres años. El presidente de la compañía, que no cuantificó los objetivos, declaró en una reunión con periodistas que de lo que se trata es de establecer las reglas del juego por las que ha de guiarse la prestación de servicios.Dentro de las variables que imponga el contrato-programa, Boixadós anunció que puede mejorarse la gestión en 20.000 o 30.000 millones de pesetas y que las inversiones mínimas para mantener la actual calidad de la red se cifran en 40.000 o 50.000 millones al año. Como consecuencia de la nueva política de austeridad en la gestión, señaló, se ha logrado reducir los gastos generales "de 4.000 millones de pesetas a la décima parte".

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