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El empresario aragonés que reclama 120 millones al Insalud sufre una enfermedad irreversible

Manuel Benavente, el constructor aragonés que ha protagonizado tres huelgas de hambre reclamando al Instituto Nacional de la Salud (Insalud) una deuda de 120 millones, de pesetas por obras realizadas a dicho organismo, padece un proceso irreversible (su estado es extremadamente grave, según los médicos), que soporta con gran entereza e incluso con sentido del humor mientras espera impasible tal vez la muerte y la llegada, el viernes o el sábado, del Defensor del Pueblo y representantes del Insalud para hacerle efectivo el pago. Su lucha dura ya cerca de 10 años.

El constructor se recupera de la operación de columna vertebral a que fue sometido el pasado día 15 de septiembre, en la habitación número 325 del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza. Nadie diría que tiene varios cánceres re partidos por su cuerpo. Los médicos no se atreven a decirlo tan claramente, aunque le han comunica do la verdad y él llama a las cosas por su nombre. Infunde ánimo a todos: "Yo creo en Dios, en usted, doctor, y en mí mismo". Asegura que no tiene miedo a la muerte "Yo tengo las mismas ganas de lu cha de siempre; espero aguantar algunos meses pára arreglar las cosas". Y confiesa que los médicos le han'dicho que vaya arreglando los papeles y que haga el testamen to. Su constante preocupación son su mujer y sus tres hijos pequeños: ,",Yo lo que sentía era marcharme sin arreglar todo esto y dejarles sólo deudas". Aquí interviene su mujer: "Si es que vivimos una tragedia". "Pero vivimos, que es lo importante", matiza Manuel Benavente.

Diez años de lucha

Deben un año del colegio de los chicos. "No querían dejarlos este curso y tuvo que intervenir el Defensor del Pueblo. Dirán que el Colegio Alemán es caro, pero es que mis hijos son alemanes y quiero que aprendan este idioma". También adeudan el alquiler del piso, pero "los dueños son muy buenos y no nos han echado".El constructor recuerda ahora su aventura, que se inició en 1974 cuando su empresa, Benasa, hizo quiebra al no cobrar el importe de obras. que había realizado para el Instituto Nacional de Previsión (hoy Insalud): ambulatorios en Alcañiz, Badalona, Sabadell, Manresa y otras localidades de Cataluña y Aragón. Residencias para dicho instituto en Ibiza, Cáceres y Jerez de la Frontera. Desde entonces no han cesado los trámites y diligencias, los papeles y las tres huelgas de hambre. La primera duró 30 días en 1981, y perdió 15 kilos; la segunda, durante 40 días, los meses de septiembre y octubre de 1982, y 18 kilos menos, y, la última, en febrero de este año, durante 40 días, y tuvo que ser hospitalizado. En varias ocasiones estuvo rozando la solución del conflicto, pero siempre surgía, a última hora, alguna. complicación. con los papeles.

Cuestión de dignidad

¿Mereció la pena? Y responde: "Si yo hubiera sabido que iba a llegar a esta situación actual, igual no, pero con todo. esto no se ventila sólo el dinero, es cuestión de dignidad y de demostrar que tengo razón. Sí yo me muero en la primera huelga de hambre todo habría sido mentira. Ahora bien, no se soluciona con esta primera entrega de 120 millones de pesetas (de éstos hay que descontar 62 de embargos y 12,7 o 29 millones, como pretenden", de deudas a la Seguridad Social, y con lo que no estoy de acuerdo); hay más cosas pendientes. Por ahora, me conformo con que quede una puerta abierta a la negociación para que, si no yo, los que me sigan pleiteen y los jueces digan si tengo razón o no".El doctor Calatayud, catedrático de Neurocirujía, que fue quien le intervino, habló con el defensor del pueblo, Joaquín Ruiz Giménez, y le comunicó que en una próxima reunión del Consejo de Estado se estudiará el caso,y, posteriormente, el viernes o el sábado, se desplazará a Zaragoza junto con representantes del Insalud para hacer efectiva la deuda. "Estoy muy agradecido al Defénsor del Pueblo; si no es por él no se habría solucionado el problema".

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Manuel Benavente tiene 60 años, es de complexión fuerte y color rosado ("tengo hipertensión"), asegura que nunca ha estado enfermo y tiene grandes ganas de vivir para asombro de médicos, fámiliares y extraños. En cierta ocasión aseguró que "en Aragán somos de tres tipos, tozudos, tenaces o zoquetes. Espero ser de los dos primeros". Comenzó a trabajar en la construcción, con su padre: "Mientras trabajaba de álbañil me hice aparejador". Luego se independizó y con un grupo de personas realizó pozos verticales para minas, y como premio a su esfuerzo", dice, "cedí las acciones a 12 de estos trabajadores y juntos creamos la empresa Benasa".

Siempre ha anhelado la idea de saldar las deudas con sus acreedores. y una vez que el Insalud le pague, reanudar sus actividades empresariales.

Conoce la verdad

Ayer no sentía dolores. "Los días posteriores a la intervención no podía sentarme, tenía fuertes dolores en todo el cuerpo, pero ahora apenas los tengo. Me recupero a toda velocidad, ya ando distancias cortas y durante poco tiempo, sin muletas. Tengo un apetito increíble". Aparentemente, de la operación de la espalda, está casi recuperado, pero no ignora que tiene una serie de tumores cancerígenos localizados en diversas partes del cuerpo. Los doctores que le atienden explican el proceso indicando que los gérmenes malignos estaban ahí, pero han aflorado o se han reproducido, posiblemente al debilitarse por las huelgas de hambre. "Está muy mal, de extrema gravedad". "El proceso es irreversible", manifiesta el catedrático Vicente Calatayud. "Él lo sabe; me pidió que le dijera la verdad y lo ha encajado con una entereza excepcional". Es un hombre de una contextura moral y ética impresionante".El buen humor no lo pierde en ningún momento: "Yo pensaba 'cobraré e iremos a las corridas de toros del Pilar. No me perderé ninguna'. Nunca hemos salido a comer a ninguna parte" (le dice a su mujer). "Si es que lo nuestro no es vida; es una tragedia", le dice ella. "Pero vivimos", asevera Manuel Benavente, mientras no pierde la sonrisa.

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