El alto el fuego en la montaña libanesa estaba previsto que entrara en vigor a las cinco de la pasada madrugada
A las cinco de esta pasada madrugada entró en vigor el alto el fuego en Líbano, logrado tras intensas negociaciones, para poner fin a los combates que desde el pasado día 4 libran el Ejército libanés y los falangistas con los milicianos izquierdistas drusos sostenidos por Siria. El presidente norteamericano, Ronald Reagan, se felicitó por la conclusión del acuerdo sirio-libanés y dijo que era el primer paso para el restablecimiento de la paz en el país. La nueva situación es el "preludio de la aplicación de un proyecto de pacificación nacional", según comentaron en Damasco fuentes oficiales.
El cese de los combates estaba previsto que fuese efectivo a partir de las 18.30 (hora peninsular), momento en que en un principio se dijo que iba a ser anunciado oficialmente en Damasco por el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Abdel Jalim Jadam, y el mediador saudí en las negociaciones, príncipe Bandar ben Sultán. El príncipe saudí, que ayer por la tarde salió de Jedah, no pudo llegar a tiempo a la capital siria y los combates continuaron a lo largo de la tarde y la noche, con bombardeos artilleros contra las inmediaciones de la capital, algunos barrios de Beirut y sobre el aeropuerto. Los marines norteamericanos de la Fuerza Multinacional de Interposición, que permanecen estacionados en esta posición, eran atacados con morteros y uno de ellos resultó alcanzado por el fuego de las fuerzas antigubernamentales. A primeras horas de la noche, un portavoz del druso Partido Socialista Progresista (PSP) anunció en Damasco que el cese de los combates sería efectivo a partir de las cinco de la mañana.Los términos del acuerdo son: alto el fuego inmediato; regreso de los refugiados desde 1975 a su domicilio; formación de un comité en el que estarán representados el ejército libanés, el Frente Libanés (cristianos conservadores), el Frente de Salvación Nacional (oposición, integrado por el PSP) y el movimiento chiita Amal, para fijar las modalidades del alto el fuego y, finalmente, un llamamiento del presidente de la República para que se convoque una reunión urgente con el fin de abrir un diálogo en el plazo más breve posible.
Dos delegados de Siria y Arabia Saudí asistirán a esta reunión y la delegación oficial comprenderá, además del presidente libanés, a los representantes de los órganos ejecutivo y legislativo.
La radio estatal beirutí informó ayer que Ronald Reagan telefoneó a Gemayel hacia las 18.30 horas para felicitarle por el acuerdo. Reagan aseguró al presidente libanés el apoyo norteamericano para el mantenimiento del alto el fuego y le ofreció todos los recursos a su disposición. Gemayel contestó que el alto el fuego no era un fin en sí mismo y que era el primer paso hacia la paz, la retirada de todas las fuerzas extranjeras del país y la recuperación nacional.
La emisora también informó que el secretario general de la Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, que se encontraba con Reagan, cogió el teléfono para felicitar a Gemayel. El presidente libanés agradeció la llamada y dijo a Pérez de Cuéllar que pensaba pedir observadore de la ONU para vigilar el cumplimiento del alto el fuego.
Triple potencia de fuego
Estados Unidos triplicó ayer su poder de fuego en Líbano con la llegada a la costa libanesa del acorazado New Jersey. Este buque, que viene a sumarse a los 14 que la Sexta Flota tiene en patrulla frente a la costa libanesa, está dotado de cañones de 400 mm capaces de lanzar proyectiles de una tonelada de peso a 35 kilómetros de distancia.
La actividad bélica fue ayer, en términos generales, reducida si se la compara con los combates registrados en días anteriores. El Ejército libanés tuvo que rechazar nuevos ataques contra Suk el Gharb, la localidad que defiende desde hace 19 días. Fuentes oficiales manifestaron que los soldados destruyeron tres carros y un camión de municiones de las fuerzas antigubernamentales.
Los proyectiles de la artillería drusa, establecida en la zona controlada por el Ejército sirio, continuaron cayendo a lo largo de la jornada sobre el sur de Beirut y Baabda, la zona donde se encuentra el palacio presidencial libanés. Dos marines norteamericanos resultaron heridos por la mañana en las inmediaciones del aeropuerto beirutí. Los marines respondieron con sus armas al ataque.
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