El INI acepta retirar despidos y expedientes si se restablece la normalidad en Sagunto y se paraliza el tren estructural

Poco después de las 11 de la noche de, ayer fue dado a conocer el resultado de la votación secreta, efectuada tras la asamblea celebrada en Puerto de Sagunto, que supone la aceptación del acuerdo por parte de los trabajadores de Altos Hornos del Mediterráneo. De los 2.341 votantes -la plantilla asciende a poco más de 4.000 personas-, se pronunciaron a fa vor de volver a la normalidad 1.649 (70,44%), mientras 632 se expresaron en contra (27%) y se registraron 60 votos en blanco (2,56%): La factoría recobrará hoy la normalidad, con la paralización del tren 28 y el traslado de sus operarios a otras secciones.La reunión celebrada ayer en Madrid se inició poco después de las cinco de la tarde, en la sede del instituto, en un último intento de los representantes de CC OO y UGT, y de la dirección del INI para suprimir los despidos y sanciones en la factoría de Sagunto y evitar así la escalada de la tensión social. Por parte del INI estuvieron presentes Julián García Valverde, vicepresidente del instituto y el presidente de Altos Hornos del Mediterráneo (AHM), José María Lucía. Por UGT, José Luis Corcuera, secretario de acción sindical de la ejecutiva; Antonio Puerta, secretario general de la Federación del Metal, y Luis María (Koldo) Contreras. Juan Ignacio Marín, secretario general del metal; Javier Martínez, responsable sindical de la siderurgia, y Julio Martín Parra, técnico de AHM, integraron la representación de CC OO.

El acuerdo al que se llegó quedó configurado como un pacto de caballeros entre las partes, después de más de dos horas de negociación, en algunos momentos, tensas discusiones. El presidente del INI, Enrique Moya, no asistió a la reunión, aunque era informado intermitentemente del desarrollo de las conversaciones. A lo largo de la tarde, Moya recibió en su despacho al presidente de Industrias Siderometalúrgicas y Navales, Eduardo Santos, y, al parecer, estuvo en permanente contacto con el ministro dé Industria y Energía, Carlos Solchaga.

Antes del acuerdo final, los representantes del INI propusieron primeramente rebajar las sanciones y luego que las centrales sindicales reconocieran por escrito e principio de autoridad que le compete a la dirección de AHM para organizar y decidir la producción. Al final, el acuerdo quedó condicionado a que la normalidad en la factoría de Sagunto sea un hecho.

Las centrales, por la mañana, con motivo de la convocatoria unilateral de la comisión de seguimiento hecha por CC OO, llegaron a la propuesta común de retrotraer la situación al momento anterior a producirse los actos de indisciplina en la planta siderúrgica de Sagunto. De acuerdo a esta propuesta, los trabajadores del tren estructural de AHM aceptarían la paralización del tren y consentirían en ser trasladados a otras secciones de la factoría. Simultáneamente, el INI y la dirección de AHM procederían a retirar las 69 cartas de despido (cifra que fue dada ayer como definitiva) y los expedientes de suspensión de empleo y sueldo incoados al resto de los 158 trabajadores sancionados. Además, la comisión de seguimiento debía ser convocada para discutir el futuro de la cabecera de Sagunto. Para el acuerdo definitivo, los tres puntos precisaban ser aprobados previamente por la asamblea de los trabajadores de Sagunto.

En la breve reunión que los representantes de CC OO y UGT mantuvieron a las 13.30 horas con el director general de Industrias Siderometalúrgicas y Navales, Eduardo Santos, se llegó al acuerdo de convocar la comisión de seguimiento de la siderurgia integral, "lo más tardar, el próximo miércoles", con el orden del día de los planes industriales de AHM, Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya. El. tema de las sanciones fue considerado por Eduardo Santos de competencia exclusiva de la dirección de AHM "y su propietario, el INI, por tratarse de un tema de indisciplina laboral", y para ello se arbitró urgentemente la reunión con la alta dirección del INI.

Evitar la escalada de la tensión

Los portavoces de CC OO y UGT (Juan Ignacio Marín y José, Luis Corcuera, respectivamente) insistieron en destacar que el objetivo de su propuesta era evitar una escalada de la tensión en Sagunto, de consecuencias imprevisibles y quizá irrecuperables para la cabecera de AHM. Corcuera apostilló que "no están las cosas para hacer experimentos, ni políticos ni de ningún tipo, cuando están en juego tantos puestos de trabajo".

En contra de las versiones oficiales de que la comisión de seguimiento ha perdido su razón de ser, a partir del decreto de inversiones en la siderurgia integral del pasado 6 de julio, Eduardo Santos reconoció ayer que en la reunión de la próxima semana "puede ser objeto de información y discusión la aplicación del decreto". Sí precisó, no obstante, que el contenido del decreto no está sometido a discusión ni es posible contemplar una línea de inversión complementaria o el retoque en el destino final de las ya decididas. Por su parte, los representantes de UGT mantenían que la comisión de seguimiento debe debatir el futuro y mantenimiento de la cabecera de Sagunto, porque el decreto nada dice de que deba desaparecer. Y para CC OO supone que se va a discutir su plan que con 16.000 millones de pesetas de inversión, inferior en su opinión al coste de creación de empleos alternativos, garantiza la supervivencia de la cabecera de AHM y el mantenimiento del empleo.

El presidente del comité de empresa de AHM, Miguel Campoy, durante la asamblea celebrada en Puerto Sagunto y que retrasó su comienzo hasta pasadas las ocho de la tarde para conocer el resultado de las negociaciones, y a la que asistieron unas 5.000 personas, se mostró favorable al acuerdo adoptado entre las centrales sindicales y la dirección del INI. Campoy explicó que había dos alternativas: una de ellas suponía continuar la lucha que los trabajadores han mantenido hasta ahora en los mismos términos y enfrentarse con el Gobierno; la otra, si bien no supone la garantía del mantenimiento de la cabecera, ofrece la ventaja de que se ha fijado una fecha para negociar el futuro de Sagunto.

"Hay que enterrar con dignidad el tren 28", dijo Campoy con referencia a la sección que los trabajadores han mantenido funcionando estos días en contra de las instrucciones de la dirección.

El presidente del comité de empresa manifestó que éste ha sido el elemento más importante para que la Administración concediera algo que hasta ahora había negado: la posibilidad de negociación sobre la cabecera. Añadió que "hoy nos jugamos mucho" y ninguna de las dos alternativas que se debatían en la asamblea podían asegurar "nuestro máximo objetivo". Tras la intervención de Campoy, se abrió un turno de palabra antes de procederse a la votación.

Votación secreta

Campoy utilizó todo su repertorio de recursos como líder para intentar inclinar el voto hacia la postura que él defendía. Al parecer, fue esta preocupación la que le llevó a insistir en que la votación se efectuara con carácter secreto y reducida exclusivamente a los trabajadores. Con ello se rompía la tradición de asambleas con votación a mano alzada que ha marcado hasta ahora el conflicto.

La propuesta del voto secreto no fue muy bien acogida por algunos seutores y hubo discrepancias, aunque finalmente se aceptó. No obstante, el control de los votantes y su condición de trabajadores de AHM no pudo ser demasiado fiable, pues no hubo censo previo ni tampoco urnas. Se votó improvisadamente en papeleras de plástico. Tanto Campoy como otros miembros de CC OO prodigaron las Intervenciones a favor del acuerdo, pero no obtuvieron aplausos, a diferencia de los escasos pronunciamientos por mantener la postura de fuerza.

Las cartas de despido a los sancionados del tren 28 llegaron a Puerto de Sagunto sobre las cinco de la madrugada de ayer. En ellas se justificaba el despido en el artículo 54 de la Ley 8/1980, de 10 de marzo -el Estatuto de los Trabajadores-, y precisaba dos motivos. El primero, haber incurrido en la cláusula b) de dicho artículo, .por indisciplinay desobediencia a las órdenes emanadas del empresario, en el'uso de sus facultades orgánizativas, cursadas a través de carta de fecha 7 de septiembre de 1983, al no haberse incorporado al puesto de trabajo en ella señalado". El otro motivo era "haber faltado repetida e injustificadamente. al trabajo".