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El debate sobre el estado de la nación

Los nacionalistas y Santiago Carrillo criticaron duramente al Gobierno por su política autonómica y social

Las minorías catalana y vasca recordaron ayer al Gobierno el palmetazo que ha recibido del Tribunal Constitucional con la sentencia sobre la LOAPA. El terrorismo, las transferencias autonómicas, la tardanza en llevar a la Cámara leyes básicas, la inconcreción sobre el tema de la OTAN, la falta de medios que padecen los órganos de la Administración de Justicia y la pérdida de credibilidad del Gobierno, fueron los temas fundamentales de los grupos nacionalistas. Santiago Carrillo centró su disertación en el problema de Sagunto y Adolfo Suárez, con la defensa de la supremacía constitucional sobre las Fuerzas Armadas, fueron los protagonistas del tramo final de la larga sesión parlamentaria.

Miquel Roca, portavoz de la Minoría Catalana, puso en cuestión las discusiones sobre los problemas económicos, dado que no existe una homegeneización estadística, lo que lleva a contraponer opiniones con datos que aún siendo oficiales difieren unos de otros. Roca acusé al Gobierno de no haber ofrecido durante el debate vías de esperanza para la resolución de la crisis. Calificó la política económica gubernamental de vacilante y afirmó que a la hora de fijar objetivos falta rigor. En ese mismo sentido incidió posteriormente Santiago Carrillo.Para Roca el Gobierno se ha alineado en las negociaciones para el ingreso de España en el Mercado Común con los países que mayores trabas ponen a la integración. Sobre la LOAPA, el parlarnentario catalán se autofelicitó por el hecho de que la sentencia del Tribunal Constitucional haya dado la razón a los planteamientos de su grupo. Sobre las propuestas del Gobierno entendió Roca que su partido necesita algo más que palabras para tener confianza en las ofertas planteadas por el presidente González.

Roca hizo un repaso general a la exposición del presidente del Gobierno y no se centró fundamentalmente en los hechos autonómicos o los problemas de su nacionalidad, como hizo Marcos Vizcaya, portavoz del PNV, recordó al Gobierno que conjuntamente con la reforma del Código Penal. y de la ley de Enjuciamiento Criminal no se han facilitado a los órganos de la Administración de Justicia los medios económicos, materiales y humanos necesarios para alcanzar una mayor agilidad y eficacia. "Un Estado de derecho", dijo, "que no cuente con una Administración de Justicia bien dotada que inspire seguridad y confianza, está cavando los cimientos de su propia destrucción". De la OTAN preguntó Roca para cuándo, acabarán las quinielas que hace el hombre de la calle sobre el referenduin y qué posicición va a adoptar el Gobierno. El presidente González, en su respuesta general, repitió los mismos argumentos del día anterior, insistió en que se está deteniendo la inflación, en que mejoran las exportaciones y la balanza de pagos y aumenta el PIB, y que no obstante la gravedad de la crisis económica se vislumbra una mejoría. Sobre la OTAN matizó que el Gobierno mantiene su programa electoral, pero que una de sus prerrogativas es fijar la fecha de la consulta y que por ahora no considera que haya llegado el momento idóneo para ello.

El presidente del Gobierno -que tuvo ayer su tarde de lapsus lingüe, provocó las sonrisas de los parlamentarios cuando dijo "opinión pública" en lugar de "función pública", y cuando llamó ministro a Roca y posteriormente a Luis Ortiz, del Grupo Parlamentario Centrista- tuvo que entrar en las cuestiones planteadas por Roca sobre la reforma de la Administración pública, de la que el parlamentario catalán afirmó que únicamente se había limitado, al cumplimiento de los horarios de los funcionarios y que ahora ya no se cumplen. Roca, en su contrarréplica y en el tema autonómico, pidió que se respete la autonomía de las comunidades y no se decida en Madrid lo que corresponde a otros lugares.

El portavoz del PNV hizo un repaso a los temas candentes en el País Vasco y puso sobre el tapete tanto la sentencia sobre la LOAPA, de la que dijo que ha sido un palmetazo en los nudillos del Gobierno -Felipe González respondió a esto que su Gobierno está dispuesto a recibir los palmetazos que haga falta siempre que cometa excesos constitucionales-, como los problemas del País Vasco, que calificó de políticos e históricos. Sobre la seguridad ciudadana, afirmó el diputado vasco que el Gobierno sigue una política continuista. Felipe González preguntó en la réplica si el parlamentario vasco se referiría a la actuación de las fuerzas de seguridad en el tema de las banderas o a la defensa que tuvieron que hacer junto a la Ertzaina de las propias autoridades del País Vasco.

Peligro pan la unidad

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Marcos Vizcaya recogió el guante lanzado por Felipe González el día anterior y afirmá que por una interpretación laxa del estatuto "no se pone en peligro la unidad". En el PNV, afirmó, no hay nada que ponga en cuestión la unidad. Su resumen final sobre el tema autonómico fue que la oferta del Gobierno no le parece suficiente y que por tanto no puede ser optimista de cara al futuro.

Felipe González pidió una mayor concreción a las acusaciones de exclusivismo y falta de diálogo que se le hicieron. El presidente solicitó datos que demuestren que efectivamente se han producido esos desajustes. En su interpretación sobre cuestiones estatutarias afirmó que a ETA le da exactamente igual un estatuto que otro, lo que fue corroborado por el parlamentario vasco, quien matizó que lo que hay que buscar es que el tipo de estatuto y autogobierno que se tenga deje sin cobertura social al terrorismo.

Santiago Carrillo, que únicamente dispuso de 15 minutos, más los que graciosamente le concedió el presidente de la Cámara, levantó tal expectación que con su intervención se produjo el único silencio absoluto de la tarde. Criticó la política de reconversión industrial, de la que dijo que es dura y no crea paralelamente puestos de trabajo. Hizo una defensa de los trabajadores de Sagunto, que afirmó no estaban violando la Constitución y a pesar de ello 81 han sido expulsados. Santiago Carrillo no creía que jamás pudiera tomar esta medida un Gobierno socialista. Hizo un breve repaso al tema de la reforma agraria, y un canto de. los trabajadores andaluces que en su marcha han dado muestras de una gran ciudadanía, puesto que no han producido ninguna perturbación. El diputado comunista tuvo la intervención más dura para la política del Gobierno, que calificó de conservadora y burguesa.

Las intervenciones de Juan María Bandrés y Francesg Vicens completaron la lista de oradores críticos hacia al Gobierno. Adolfo Suárez brindó a Felipe González un apoyo casi tan explícito como el del portavoz del Grupo Socialista, Javier Sáenz de Cosculluela, que cerró el debate.

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