Silencio sobre Rumasa y Sagunto y ambigüedad en torno a la OTAN

El esperado debate sobre el estado de la nación, iniciado ayer en el Congreso, después de nueve meses de Gobierno socialista, no respondió a la expectación creada. Ni en su larga intervención de casi dos horas de duración ni en posteriores réplicas a la intervención de Manuel Fraga, Felipe González hizo referencia alguna a temas candentes de la actualidad política, como la situación de Rumasa tras la expropiación del holding o el desafío al Gobierno de un sector de trabajadores de Altos Hornos del Mediterráneo que se niegan a paralizar la producción. En relación con la OTAN, el presidente mantuvo la ambigüedad. Felipe González fue, sin embargo, contundente al afirmar, sobre las recientes declaraciones del general Soteras, que sólo el Parlamento, en cualquier supuesto, puede controlar al Gobierno.

Todos los grupos políticos, salvo el socialista, expresaron anoche su descontento con la primera comparecencia importante de Felipe González ante el Congreso desde la celebración del debate de investidura. La decepción sobre la sesión de ayer, que consumieron íntegramente el presidente del Gobierno y el portavoz del Grupo Popular, Manuel Fraga, también afectó a la intervención de éste, que constituyó una réplica catastrofista y sin alternativas concretas a la exposición de Felipe González.Toda la intervención del presidente giró sobre la idea de que el Gobierno socialista está cumpliendo su programa en cada uno de los grandes marcos en que se ordenó el debate: la economía; la política autonómica y la Administración pública; la libertad y el orden público, y. la política exterior. El repaso a cada uno de estos grandes bloques lo cerró con un balance positivo -en más de una ocasión habló de avances históricos- e invocó continuamente los sólo nueve meses que llevan los socialistas en el poder para rebatir las críticas de "los impacientes", según su propia expresión.

Felipe González defendió la coherencia de la acción de su Gobierno y sólo admitió que el balance era negativo en lo referido a la seguridad ciudadana.

Entre los silencios importantes, destacan, además de los ya apuntados, la ausencia de referencias concretas a la reforma de la Administración, al número de puestos de trabajo a crear en esta legislatura -los 800.000 de la campaña electoral-, y a la política informativa. Manuel Fraga le arrancó en el turno de réplica la confesión de que tampoco al presidente le gusta la televisión, declaración que fue acogida con aplausos por el Grupo Popular. En lo internacional evitó toda referencia a la URSS en su condena. al derribo del avión surcoreano por cazas de ese país.

El presidente formuló una propuesta concreta de consensuar determinadas leyes para completar el desarrollo de las autonomías, considerada insatisfactoria por los portavoces de las Minorías Catalana y Vasca. También anunció la disposición de su Gobierno a mantener debates sectoriales. Felipe González dejó abierta la puerta a convocar a sindicatos y patronales para alcanzar un pacto social. Fraga recordó que ese pacto no sería posible sin su grupo político y se brindó a contribuir al mismo. El debate continúa esta tárde.

Páginas 13,14 y 15 Editorial en la página 10