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El recrudecimiento de la crisis libanesa

Nuevos bombardeos contra las zonas norteamericana y del palacio presidencial

Los sectores de Baabda y Yarze, donde se encuentran el palacio presidencial libanés y la residencia del embajador norteamericano en Líbano, fueron sometidos ayer por la tarde a un violento bombardeo, después de una jornada caracterizada por una extraña y sorprendente calma bélica. "Parece otro país", había manifestado, horas antes de este ataque, un portavoz de los marines norteamericanos comentando la aparente tranquilidad.El bombardeo contra las delicadas zonas de Baabda y Yarze, parecido al que motivó la primera intervención de la Marina norteamericana contra posiciones sirias en la noche del viernes al sábado pasados, rompió la precaria calma que siguió a la ofensiva lanzada por las fuerzas antigubernamentales contra la estratégica posición de Suk el Gharb, ataque que generó la abierta participación en el conflicto de la Marina norteamericana al lado del Ejército libanés.

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La Prensa beirutí considera que la intervención norteamericana en defensa de las posiciones del ejército de Amin Gemayel constituye una significativa escalada en el conflicto libanés. "Líbano está ahora en lo que pudieran llamarse los límites militares de Estados Unidos", escribe el conservador An Nahar en primera página.

Por el momento no hay reacción siria a la intervención norteamericana. Damasco sostiene política y militarmente a las fuerzas antigubemamentales -el ataque del lunes contra Suk el Gharb se llevó a cabo desde el área de influencia siria-, y el domingo advirtió que respondería a toda agresión dirigida contra sus hombres en Líbano.

El dirigente druso Walid Jumblat afirma que la acción norteamericana es "muy seria" y considera que puede obligar a los palestinos a participar abiertamente en el conflicto.

Mientras tanto prosiguen las negociaciones diplomáticas para intentar establecer un alto el fuego en el país. El enviado especial norteamericano, Robert McFarlane, se entrevistó ayer con el ministro libanés de Asuntos Exteriores, Eli Salem; y con Wàdi Hadad, consejero del presidente libanés. Más tarde Hadad y McFarlane volaron hasta Larnaka (Chipre) para encontrarse con el emisario saudí, Rafic Hariri, quien era portador de la respuesta siria y del Frente de Salvación Nacional (grupo de oposición libanés) a los planes de alto el fuego.

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A su salida de Beirut McFarlane manifestó que "la actual etapa de negociaciones es muy delicada". "No puedo hablar todavía del fondo de las negociaciones", dijo, pero puedo afirmar que existe una clara voluntad en las partes implicadas de llegar a una solución".

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