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ANDALUCÍA

Un policía provoca la intoxicación de nueve niños al lanzar gases en el festejo de un bautizo

Nueve niños, de edades comprendidas entre los tres meses y los nueve años, resultaron fuertemente intoxicados en Granada, a primeras horas de la madrugada del lunes, después de que un agente de la Policía Nacional arrojara un bote de gases lacrimógenos en el interior del local donde numerosos miembros de una misma familia celebraban el bautizo del recién nacido.

Los hechos fueron denunciados por los familiares de los afectados en una comisaría de la ciudad, sin que hasta ahora hayan sido dadas explicaciones oficiales de los mismos por parte del Gobierno Civil o la Jefatura Superior de Policía, con cuyos respectivos gabinetes de prensa se puso ayer en contacto este diario.De acuerdo con la versión facilitada por alguno de los asistentes a la fiesta a un diario granadino, aquéllos se habían reunido para celebrar, durante la noche del domingo al lunes, el bautizo de la última hija de María Luisa Gálvez en un local situado junto al Hogar del Pensionista de la barriada del Zairin, propiedad de su pariente José Dueñas. Aproximadamente a la una de la madrugada se acercó a la puerta del local un coche patrulla de la Policía Nacional, cuyos dos ocupantes pidieron a los reunidos que disminuyeran el volumen del tocadiscos con el que escuchaban música de baile.

A pesar de que su indicación fue atendida de inmediato, "sin ningún tipo de discusión o protesta", los policías regresaron al poco rato diciendo que estaban molestando a los vecinos y debían por ello abandonar el local. Siempre según la misma versión, cuando los reunidos bajaron las persianas de las ventanas, y se prestaban a salir del edificio, uno de los policías sacó un bote de gases lacrimógenos y, sin mediar más palabras lo expandió por el local, lo que provocó la inmediata reacción entre las personas que todavía estaban dentro, principalmente en los niños pequeños, que comenzaron a vomitar y llegaron incluso a perder el conocimiento.

En ese momento, algunos padres de los pequeños afectados exigieron explicaciones a los policías, uno de los cuales, el compañero, del que llevaba el bote de gases, desenvainó su pistola de reglamento y la empuñó en la mano derecha. "Entonces nos pusimos todos nerviosísimos", ha declarado Encarnación Gálvez, tía de la niña recién bautizada. "Todas las mujeres empezamos a gritar, algunas verdaderamente histéricas, porque veían a sus hijos chiquititos morados y babeando, como si se estuvieran muriendo, mientras el otro policía no sabía qué hacer con la pistola en la mano".

Uno de los adultos participantes en la fiesta, José Manuel Jiménez, se dirigió entonces a gritos a los policías y recibió en plena cara tal cantidad directa de gases que perdió el conocimiento de manera instantánea. "Allí sólo se oían ya voces de 'no hay derecho, no hay derecho', porque en ningún momento existieron motivos para que hicieran lo que hicieron, pues ni siquiera habíamos discutido con ellos", continúa el relato de Encarnación Gálvez. "Cuando estábamos más nerviosos e indignados, aparecieron dos furgonetas más de la policía, y entonces el agente que nos había arrojado los gases echó a correr, perdiéndose pronto por un descampado que había allí cerca.

Al parecer, la rara actitud del policía huido no extrañó demasiado a sus compañeros recién llegados. El caso es que los componentes de la nueva patrulla tranquilizaron a los participantes en la frustrada fiesta, la mayoría de los cuales presentaban los ojos medio cegados y la lengua hinchada, por lo que los propios policías los acompañaron al Hospital Clínico de la universidad para que fueran atendidos.

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Denuncia en comisaría

Tras su paso por el servicio de urgencias del Clínico, donde los intoxicados fueron tratados con inyecciones y otros medicamentos, los adultos menos afectados se trasladaron al juzgado de guardia de la capital granadina con intención de denunciar los hechos. En el juzgado les recomendaron, sin embargo, que interpusieran la denuncia ante la propia policía, cosa que realizaron finalmente en la comisaría de la plaza de los Campos. En este centro pidieron asimismo al comisario que les tomó la denuncia que avisara al policía autor de los hechos para que se personara a explicar su conducta, contestándoseles que éste no había podido ser localizado, a pesar de que los querellantes presentaron el número del coche en el que aquél había llegado al local de la fiesta.De acuerdo con él parte existente en el servicio de urgencias del Hospital Clínico granadino, la relación de los niños atendidos por la intoxicación de los gases es la siguiente: Alejandro Jiménez Ramos, de cuatro años; Inmaculada Martín Gálvez, de nueve meses; Roberto Jiménez Gálvez, de dos años; Christian Lozano, de 19 meses; Ruth María Martín, de tres meses; Raquel Dueñas Gálvez, de tres años; María Dolores Dueñas Gálvez, de siete años; José Dueñas Gálvez, de ocho años, y Miguel Muñoz Gálvez, de nueve años. También necesitó asistencia el adulto José Manuel Jiménez.

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