Entrevista a detenidos en TVE

Suponer que TVE con su reportaje sobre los tres presuntos delincuentes, "degradaba a los espectadores con su tratamiento aberrante, hiriendo además la sensibilidad moral y el sentimiento de toda dignidad propia y ajena", indica un desconocimiento total acerca de lo que está ocurriendo en la calle.Si un día censuré (censuramos todos) a TVE por la destitución de Iñaki Gabilondo por habernos puesto ante un espejo y vernos a nosotros mismos como somos (recuérdese reportaje sobre el paro en Andalucía), hoy no puedo censurar menos a quienes no quieren ver esa realidad. Los problemas, señor Cebrián, se empiezan a resolver cuando nos enfrentamos a ellos.

¿En qué barrio de Madrid vive usted? ¿Y usted, señor Pradera? A usted, señor González, no se lo pregunto. Ya sé que vive en la Moncloa, en otro planeta, fuera del contacto de la gente de la calle.

Pues bien, yo vivo en Entrevías, y no saben ustedes lo que eso significa. Significa estar continuamente rodeados de drogadictos, asesinos en potencia, a todas las horas del día. Policías, atracos, tirones de cadenas, robos de bolsos... Aquí ni siquiera se habla de paro, sólo se habla de delincuencia.

Una cosa son presos políticos y otra muy distinta son delincuentes.

Probablemente los tres ciudadanos que aparecieron en las pantallas de TVE sólo sean presuntos; pero, crearimé, los que yo veo diariamente si son, y los que salen diariamente en su periódico en la página correspondiente a Madrid (habrá observado que últimamente sólo escribe usted de atracos y robos). Y, por favor, no me diga que acuda a las autoridades; es inútil.

Sepa el señor González que si un día le di mi confianza (siempre se la di) para que se ocupara de mis asuntos durante los próximos cuatro años era para aumentar mi calidad de vida, no para disminuirla, y sepa asimismo que este país no se casa con nadie, y si no rectifica en determinados aspectos (reforma del Código Penal), pronto tendrá que abandonar la Moncloa, pues tendremos que votar a quien nos ofrezca más seguridad. La democracia permite estas cosas./