España, ausente en el acto de clausura de los Juegos Mediterráneos

El Comité Olímpico Español dio por finalizada su actuación en los Juegos Mediterráneos un día antes de la clausura, que se celebró ayer en Casablanca. La expedición hispana regresó antes incluso de la ceremonia, en la que no hubo representantes españoles. Los intérpretes marroquíes, a quienes se les dejó la uniformidad, fueron los encargados de desfilar con la bandera española. España alcanzó un balance en estos Juegos de muy discreto nivel 18 medallas de oro, 23 de plata y 28 de bronce. El número de medallas es inferior al logrado en la edición de 1975, celebrada en Argel, aunque superior a Split79.

En los Juegos, volvieron a mandar Italia (53, 44 y 46) y Francia (38, 41 y 29). Las delegaciones de boxeo, ciclismo, rugby y voleibol fueron las únicas, por parte española, que no ganaron ninguna medalla.La delegación hispana, según el jefe de equipo José Luis Albarrán, "nunca iba a participar en la ceremonia de clausura, porque en un principio estaba previsto el regreso en la tarde de ayer. La vuelta se adelantó sólo unas horas, al mediodía, para conseguir que todos los componentes de la expedición pudieran coger a tiempo los enlaces desde Madrid y poder así dormir cada uno en sus casas. Es absolutamente falso que no quisiéramos participar en la clausura como protesta por la marcha verde, como se puede demostrar en las previsiones realizadas ya hace meses".

Romà Cuyàs acudió al aeropuerto de Barajas a recibir a la expedición española. José Luis Albarrán le hizo saber que las atenciones marroquíes fueron excelentes hasta el último momento. Éste manifestó que se ha exagerado demasiado sobre las presuntas dificultades que se iban a encontrar en Marruecos: "Sólo ha fallado la información. Todo lo demás resultó extraordinario. Colitis hubo, pero no se puede generalizar. Y además hay que examinar las causas. Los muchachos de rugby, por ejemplo, se bañaron de noche en la piscina después de cenar y al día siguiente estaban indispuestos".

En la expedición española había alegría por haber adelantado el regreso, aunque no fuera más que unas horas. Romá Cuyás lo encontró normal: "En cualquier competición, incluso al más alto nivel, en la que los deportistas permanecen concentrados hay ganas de salir cuanto antes. En Marruecos, por muy bien que estuvieran alojados, no iba a ser la excepción. Los Juegos llegaron con una temporada muy cargada y es normal que los deportistas quisieran adelantar el descanso". Al margen de este planteamiento, en los deportistas de elite españoles pesé el que para ellos los Juegos representaban una competición de segundo orden. Javier Moracho, ganador de la medalla de oro en 110 vallas, se expresaba así: "Yo cambio la medalla por un tercer puesto en la reunión internacional de Zurich, que daría más prestigio".