El derribo del avión

Espero que dentro de la vorágine informativa antisoviética (de la que EL PAI S no se ha librado) por el incidente del avión surcoreano pueda haber en este diario un lugar para esta carta discrepante. Los países de la OTAN han condenado con celeridad el supuesto crimen. La URSS habla de "campaña orquestada desde Washington", y la actuación de los países atlantistas se produce, en efecto, de forma sincronizada y a coro.Ante lo ocurrido caben tres alternativas: a) creer lo que dice el actor Reagan, presidente de un Estado con antecedentes sospechosos en materia de hundimiento de barcos propios para justificar acciones armadas agresivas posteriores (Cuba 1898, Tonkin 1964); b) creer lo que dice la agencia Tass sobre "acto de provocación y espionaje por parte de EE UU y de utilización indigna de un avión civil en actos militares"; c) como tercera alternativa, no dar crédito ciego a los informes oficiales de dos países que se hallan enfrentados en una guerra, aunque sea fría. Es demagógico hablar de normas internacionales de navegación aérea, de actuaciones moralmente correctas o incorrectas, cuando en el fondo se trata de actos de guerra, y a estas alturas del siglo XX no se puede manejar todavía el concepto hipócrita de actos de guerra legales o ¡legales.

Pienso que al Gobierno español se le ha ido la mano exigiendo explicaciones alas URSS sobre el incidente y no exigiéndoselas a la CIA, que ha dado tantos informes sobre lo sucedido con un sospechoso lujo de detalles. Esta actitud puede explicarse por la necesidad política de hacer tragar al pueblo español lo imprescindible y conve

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niente de una plena integración en la OTAN. Pero seamos sinceros: el enfrentamiento EEUU-URSS va en serio, los misiles se construyen para ser utilizados pasando por encima de todas las razones humanitarias, y la mejor manera de evitar la guerra no es metiéndose en un bando, sino manteniendo una digna independencia. .