Nacionalismo de la represión

He visto cómo los pasados días 23, 24 y 25 de julio y siguiendo las indicaciones de Rafael Escuredo, desde su cargo de presidente del Gobierno andaluz, ondeaban en todas las instituciones estatales andaluzas (acompañado en algunos sitios con ceremonial y todo) la bandera roja y gualda, como apoyo y respuesta a los desagravios -según él- de que ha sido objeto en Rentería.Yo quiero manifestar en primer lugar indignación y vergüenza ajena por este nuevo acto de claudicación y servilismo a los poderes fácticos (principalmente a uno de los poderes armados de los capitalistas, como es el Ejército), comportamíento que envalentona a estos poderes y adormece y confunde al pueblo.

Rafael Escuredo ataca por un lado a la libertad de elegir y sentir, ya que el amor a una bandera, un símbolo, nunca podrá hacerse por decretos leyes, ni por imposición. Habla de desagravios, y yo le pregunto: ¿Por qué no sale en el mismo plan de paladín cuando la policía o la Guardia Civil cargan sobre el pueblo, cuando matan, torturan periodistas por expresarse, cuando se niegan pasaportes "por antecedentes políticos", como en mi caso, cuando se hacen redadas, cuando se ha ocultado al pueblo que tras este símbolo hubo un levantamiento militar contra el Gobierno legítimo de la República, que no se le ha dado opción al pueblo de elegir otrós sistema de Gobierno, otro símbolo, como puede ser el de la República?

¿Ha olvidado el rechazo masivo de la bandera que él defiende en las manifestaciones autonómicas? ¿Ha olvidado a Caparrós? ¿Cree que los andaluces hemos olvidado los intereses que representa esa bandera? ¿No son éstos desagravios al pueblo, señor Escuredo?

Por otro lado, ¿por qué no dedica todo su tiempo al problema del paro, de la incertidumbre del pueblo andaluz, en vez de crear con su postura de nacionalismo español y maltratan, cuando se condena a

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