Julio Cortázar

Estos días finaliza su estancia en España Julio Cortázar, que ha permanecido en nuestro país por espacio de dos semanas, descansando de incógnito en un lugar de la sierra segoviana. Antes de emprender regreso a París, donde tiene fijada su residencia, el escritor argentino, nacionalizado francés, que reconoce que su dedicación a combatir los regímenes militares de América Latina ha limitado en los últimos años su producción literaria, ha querido dejar constancia entre nosotros de sus inquietudes y esperanzas ante la situación en Centroamérica y el Cono Sur americano.

Julio Cortázar ha podido atender este verano la invitación que le venía reiterando su compatriota Mario Muchnik, editor afincado en Barcelona, para relajarse durante unos días en un viejo molino situado en un recóndito paraje del río San Juan, no lejos de la localidad de Prádena. Su desgarbada figura, que no aparenta que se encuentre próximo a cumplir 70 años, ha sido detectada estos días en el transcurso de sus paseos por la comarca y sus incursiones por Segovia capital. El escritor ha podido evocar una anterior estancia turística en esta ciudad, en 1956, durante su primer viaje a España después de establecerse en París, de la que recuerda "cierta sensación de vigilancia policial". Preguntado si trabaja actualmente en alguna obra, Cortázar responde que "como soy un optimista incurable, siempre estoy pensando en próximas obras, aunque de ahí a realizarlas hay una distancia". "La verdad", añade, "es que en estos últimos años he tenido menos tiempo para escribir, pues en mi caso requiere determinadas condiciones de tranquilidad, e incluso de aislamiento, que difícilmente he encontrado".Con respecto a la evolución de los acontecimientos en el Cono Sur, piensa que "dentro de lo negativo, en los últimos tiempos vienen manifestándose signos positivos que permiten alentar un moderado optimismo". Cortázar considera que "aunque la situación es turbia y compleja, está claro, sin embargo, que en Argentina el Ejército ha perdido todo prestigio y respeto popular y ha tenido que acuartelarse". El escritor, que no ha vuelto a su país desde el golpe del general Videla, tiene previsto, "siempre que las cosas sigan un curso normal", viajar en los primeros meses del próximo año y, desde luego, estar presente en las elecciones anunciadas.

Volviendo a la temática literaria, el escritor no comparte la opinión de que tras el llamado boom, anglicismo que, por cierto, él siempre rechaza, la narrativa latinoamericana ha alcanzado sus techos máximos: "Hay una nueva generación literaria que está trabajando admirablemente bien, y no sólo en narrativa, sino también en poesía, teatro y ensayo". Cortázar está convencido de que "el castellano es la lengua del futuro".

El escritor argentino, que para su sorpresa y satisfacción ha sido frecuentemente reconocido, y en más de una ocasión ha tenido que dedicar ejemplares de sus obras durante estos días, ha aprovechado también su apacible estancia en España para ultimar el que será su próximo libro. Es una obra que será editada en noviembre por Muchnik Editores, sobre la que el autor no ha querido revelar ningún otro detalle, salvo que se trata de un libro de viajes imaginarios.