El crucigrama
Llevo varios meses tratando de hallar la razón por la cual hacer crucigramas ha dejado de ser para mí una manera como otra cualquiera de pasar el rato, y es ahora motivo de frustración.Pues bien, he descubierto la razón de ese desasosiego frustrante, y tiene que ver con la manera de montar su periódico. Me explicaré: el crucigrama está al lado de las necrológicas, y al hacer un crucigrama parece que lo estás haciendo en el cementerio de la Almudena, con lo que ello entraña de cierta falta de respeto hacia el muerto por parte del que intenta resolver los algo estrambóticos crucigramas de EL PAIS. (Nikolaus Pevsner de cuerpo presente y yo haciendo el crucigrama a su lado.) Por ello no me extrañaría que un día, al intentar poner uno de los innumerables números romanos con que se nos castiga a los rellenantes de crucigramas de EL PAIS, quedara yo pasmado al observar un fuego fatuo guiñándome un ojo desde el 3 vertical.
Las soluciones a este problema son varias: hacer un crucigrama que ocupe toda una página y que sirva para toda la semana, o que aparezca tres días, y el resto de la semana lo hagan las necrológicas. Otra solución con menos problemas es poner el crucigrama en otra página, pero que no sea en la de los masajes, para que no se desvíe la imprescindible atención necesaria para resolver de buena manera un crucigrama. /
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