El mejor periodista gráfico taurino

Fernando Botán ha ganado importantes premios, que enaltecen su indudable valía como fotógrafo, pero seguramente aún fue más importante el nivel de calidad que alcanzara día a día como periodista gráfico taurino. Quienes trabajamos en los periódicos en esta parcela de la información, sabíamos que Botán era la garantía de que el testimonio gráfico de la jornada en ningún caso podría fallar. Por eso le considerábamos el mejor.Bastaba una llamada, un par de indicaciones: lo que necesitábamos, lo había captado su cámara. Y no sólo el suceso relevante de la tarde sino también el detalle técnico, el momento sutil que definía la actuación del torero o la condición del toro.

La crónica de la corrida se encontraba en las imágenes obtenidas por Fernando Botán y bastaba contemplarlas para obtener una impresión acabada de lo que había sido el festejo.

Contaba con un archivo valiosísimo, al que ha recurrido la mayor parte de los periódicos y revistas, y también Espasa Calpe, cuando decidió actualizar el Cossío, que es el más completo tratado técnico e histórico con que cuenta la tauromaquia. Estos fondos gráficos, posiblemente lo más importantes que existan en el mundo dentro de la especialidad taurina, quizá no hayan sido clasificados con la necesaria profundidad analítica. Muchas veces nos comentó Botán que su propósito era abordar esta tarea cuando remitiera el trabajo cotidiano y le quedase tiempo libre.

"A lo mejor lo hago cuando me jubile", solía decir. La muerte no le ha permitido cumplir su propósito. Deja Fernando Botán en este mundo, junto al entrañable recuerdo de su calidad humana, una importante labor creativa en el periodismo, que es necesario concluir. Su obra le trasciende, porque puso en ella voluntad, trabajo y amor. Así fue su vida.