El acceso ilegal a los ordenadores, una nueva forma de delincuencia que preocupa en Estados Unidos
A medida que los ordenadores pasan a utilizarse en un número creciente de campos, desde los negocios y el transporte a la medicina y la defensa, la sociedad se está volviendo cada vez más vulnerable a los fallos y errores de estas máquinas. Mientras que existen medios técnicos para minimizar los fallos, los errores, debidos a una mala programación, o, más recientemente, a cambios introducidos de forma ilegal en sus programas o en su memoria, empiezan a preocupar a los sectores en los que el ordenador es un instrumento imprescindible de trabajo.
Unos jóvenes aficionados a la informática, que utilizaron un pequeño ordenador personal, han estado a punto de causar un daño irreparable en el gran hospital Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, al lograr conectar por medios todavía no esclarecidos con el ordenador en cuya memoria se guardan los informes sobre los tratamientos por radiación de los pacientes del hospital. Se trata del último delito de acceso ilegal a ordenadores, en algunos casos para obtener lucro y en otros simplemente por demostrar una, habilidad que deja en entredicho la seguridad de los ordenadores.Aunque el tema está de actualidad en Estados Unidos, algunos países europeos fueron los primeros en realizar estudios sobre la dependencia respecto a los ordenadores, la posibilidad de que fueran un instrumento para violar la intimidad personal, y la vulnerabilidad a sus fallos.
Ganas de divertirse
El caso del hospital Sloan-Kettering puede ser considerado como típico de una nueva forma de delincuencia, de la que muchos casos, según algunos expertos, no se llegan a descubrir nunca. Como señaló tras descubrirse el tema uno de los directores del hospital, los posibles autores "no tenían nada que ganar al meterse en el ordenador. Lo han hecho simplemente para divertirse".La dirección del hospital ha señalado que se dio cuenta de que sucedía algo raro en el pasado mes de junio y que avisó a la policía y al FBI. Los técnicos del hospital dejaron incluso mensajes en el ordenador en los que pedían a los culpables que dejaran de enredar. El pasado miércoles la policía de Milwaukee, población del Estado de Wisconsin, situada a varios miles de kilómetros del hospital, señalaba que los presuntos culpables eran un grupo de jóvenes de unos 20 años, entusiastas de la informática, que se llaman a sí mismos Los 474, por el prefijo telefónico de su ciudad. Este mismo grupo, que no llega a ser una organización en sentido estricto, es también sospechoso de haberse introducido en un ordenador del laboratorio de armas nucleares de Los Álamos, en el Estado de Nuevo México.
Según la policía federal, el principal sospechoso, Gerald Wondra, utilizó un ordenador Apple II para conectar con el centro de cálculo del hospital Sloan-Kettering a través de la red Telenet, una red de transmisión de datos muy utilizada por las empresas en Estados Unidos. Mediante esta red se comunican con el ordenador del hospital los 90 usuarios legalmente autorizados para hacerlo, cada uno de los cuales tiene una clave secreta, de seis letras, claves que no significaron obstáculo alguno para los delincuentes.
Misteriosa llamada
La primera señal de que algo extraño ocurría en el centro hospitalario fue cuando un técnico del centro, de cálculo encontró una mañana que el sistema había sufrido una caída durante la noche y que en su lista, de usuarios había cinco nuevos. El técnico borró la autorización para esos cinco usuarios y cambió la clave de todos los demás, únicamente para encontrar al día siguiente que el ordenador había sido reprogramado de forma que revelaba a los misteriosos usuarios la clave de los restantes, y les daba así acceso a las historias clínicas de los pacientes, y la posibilidad de modificarlas.El hospital trató de ponerse en contacto con el misterioso usuario mediante el ordenador e incluso llegó a ofrecerle el uso del mismo siempre que dejara de alterar el sistema. La única respuesta fue una llamada telefónica en la que un joven señaló que no se había dado cuenta del daño que había causado y que trataría de arreglarlo.
Preguntado sobre la forma en que se introducía en el sistema, se negó a contestar. La policía no ha descubierto todavía el método utilizado.
El ordenador del hospital contiene las historias clínicas y las dosis de radiación que deben aplicarse a cada paciente, y se encuentra conectado al aparato que aplica la radiación, como medida de seguridad antes de aplicar el tratamiento, por lo que una modificación de los datos contenidos en su memoria podría resultar fatal para los pacientes.
Según los expertos, los principales peligros derivados de una dependencia de los ordenadores son: el terrorismo, el acceso ilegal para sabotaje o robo, los desastres naturales, que el sistema depende de unas pocas personas especializadas que pueden ponerse en huelga, la dependencia de empresas multinacionales y los actos de guerra.
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