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Los sindicatos denuncian irregularidades

Tanto la Federación de Oficios Varios de UGT como el comité de empresa de SASS y PROSEGUR han enviado sendos informes al ministerio del Interior en los que denuncian una serie de irregularidades constatadas en las principales empresas de seguridad españolas, en detrimento de la calidad del servicio que ofrecen.El informe que versa sobre las actividades de PROSEGUR y su filial SASS (Sociedad Anónima de Servicios de Seguridad), remitido por los comités de empresa de ambas empresas, denuncia que los vigilantes jurados de dichas empresas están siendo frecuentemente obligados a doblar su jornada. Así, un vigilante que se ha pasado toda la noche custodiando un edificio, al concluir su jornada, a las 7 de la mañana, es invitado a continuar en servicio, a las 8 horas, para dedicarse a custodiar el transporte. de fondos en un blindado, servicio que suele concluir pasadas las 14.30 horas. Esto, según el informe, "hace que esta gente sea completamente nula para prestar sus servicios durante la mañana, pues andan completamente dormidos.

Algunos empleados apuntan además que dicha duplicación de jornada sirve para premiar a los vigilantes más adictos, que suele coincidir con la afiliación a un sindicato de ideología ultraderechista. Así, en el selecto número de vigilantes agraciados se alcanzan mensualmente cifras superiores a las 100.000 pesetas en concepto de horas extraordinarias, lo que supondría casi haber doblado diariamente su jornada. La empresa SASS pagó, en septiembre de 1982, 1.729.437 pesetas por tal concepto, cifra que en mayo del mismo año se había elevado a 6.219.164 pesetas.

En el escrito se denuncia también que los vigilantes, al estar sómetidos al estrecho horario aplicado por las empresas para llevar fondos al máximo de agencias, han de transportar las sacas con ambas manos y con un peso triple a lo legalmente establecido, lo que infringe la normativa sobre prestación de servicios de seguridad.

El documento asegura que las direcciones de SASS y PROSEGUR han afirmado por toda respuesta que "como el personal de otras empresas lo hacen, tenemos que velar por no perder los clientes".

Según el informe mencionado, tampoco se respeta la obligatoriedad de comunicar con antelación a las comisarías de la policía o comandancias de la Guardia Civil los transportes de fondos de cuantía superior a 50 kilogramos.También denuncian que algunos de los furgones realizan servicios sin estar en posesión del obligatorio radioteléfono.

Critican la contradicción que supone la obligatoriedad de que los vigilantes jurados dejen el arma en el interior del vehículo cuando han de bajar de él para "comer en una ruta excesivamente larga (6 a 17 horas), reparar un pichazo, hacer sus necesidades fisiológicas" y que, en cambio, les hagan atravesar la ciudad uniformados y armados para acudir al lugar donde se efectúan los ejercicios de tiro.

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