Brasil depende de la 'buena voluntad' financiera mundial para evitar la bancarrota
Con una deuda exterior que supera los 90.000 millones de dólares (unos 13,5 billones de pesetas) y sin los fondos suficientes para hacer frente al pago de los intereses que vencerán a finales de agosto, 2,000 millones de dólares, el país depende ahora únicamente de la buena voluntad de los mercados financieros internacionales para su supervivencia económica, es decir, para evitar su bancarrota.
Valor-refugio en los momentos de crisis, el dólar ha subido como una flecha en el mercado negro en el transcurso de las últimas semanas: el pasado jueves costaba en San Pablo y en Río de Janeiro casi el doble de su valor en el mercado oficial. Y el racionamiento de los carburantes, muchas veces desmentido por las autoridades, ha comenzado de hecho: el Consejo Nacional del Petréleo ha decidido que, las entregas de las refinerías a los distribuidores de carburantes estén limitadas al importe medio de las entregas efectuadas el año pasado. Además la gasolina ha aumentado el pasado jueves en un 16,5% y el gasóleo en un 20%.El ministro brasileño del Plan, Delfim Neto, ha viajado el miércoles pasado desde Río de Janeiro a París para iniciar una serie de contactos en varias capitales, europeas, especialmente para hablar con Jacques de Laroisiére, director del Fondo Monetario Internacional (FMI). De todas formas, Delfim Neto había previsto, igualmente, antes de su salida para Europa, visitar Londres y Francfort.
Las conversaciones previstas entre el director del FMI y el representante del Gobierno brasileño son capitales, ya que de la actitud del Fondo dependen las de los grandes bancos con los que está endeudado Brasil. "Ninguno de ellos se arriesgará a renegociar la deuda brasileña o a prestar nuevos fondos a Brasil antes de que el FMI, al desbloquear los préstamos previstos, testimonie su confianza en las posibilidades de recuperación de la economía", aseguró el jueves a France Presse el representante de un banco europeo.
Pero los expertos del FMI, después de interminables reuniones de trabajo en Brasilia con representantes del Gobierno brasileño, volvieron a Washington sin hacer oficial su aval moral a la política de enderezamiento económico del país.
Equilibrar la balanza de pagos
Ernane Galveas, ministro brasileño de Finanzas, ha indicado que el ministro brasileño del Plan, Delfim Neto, podría, en función del resultado de sus entrevistas con el director del FMI, iniciar una renegociación de una parte de la deuda exterior de Brasil, estimada en unos 8.000 millones de dólares, con el club de París.Pero aún le quedará a Brasil, que desde hace un mes ha dejado de cumplir algunos compromisos de pago, renegociar el conjunto de su deuda exterior (90.000 millones de dólares más el importe de los préstamos, interbancarios a corto plazo, que medios financieros estiman en otros, 10.000 millones de dólares).
También en este aspecto la reiniciación de las negociaciones con los acreedores de Brasil depende de las conclusiones del FMI sobre la salud de la economía brasileña después de: las medidas de austeridad decididas por el Gobierno.
Según medios financieros brasileños el país necesita una suma que oscila, según diferentes estimaciones, entre 3.500 y 4.500 millones de dólares para equilibras este año su balanza de pagos. Y debe, además, una cifra superior a los 800 millones de dólares al Banco Internacional de Pagos del Basilea, así como otros 1..200 millones de dólares de créditos puente a los bancos privados.
El vicepresidente del Banco Mundial, Ernest Stern, declaró ayer en México que si algún país en desarrollo se declara unilateralmente en suspensión de pagos de sus deudas, tendrá más perjuicios que beneficios, en una clara referencia a Brasil.
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