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Automovilismo

La federación Catalana rechaza las acusaciones de la española

La Federación Catalana de Automovilismo, que preside Jordi Viñas, seguirá funcionando con total normalidad, pese a la pretensión de la Española de negarle cualquier validez operativa desde el pasado día 10 de este mes de agosto en un acuerdo anticonstitucional y antijurídico, según fuentes de la propia Federación contactadas por EL PAIS. Para la FEA, el motivo de la sanción es el reiterado impago de una deuda pendiente de 750.000 pesetas por parte de la Catalana. Ésta, por su parte, niega tal deuda, aunque ha depositado ante notario dicha cantidad.Según un comunicado oficial de la Española, la Catalana dejó de tener entidad jurídica para emitir licencias federativas y permisos organizativos desde el pasado día 10 de este mes de agosto. En el mismo comunicado, la FEA anunció que, "sin embargo, y para no causar perjuicio alguno a los participantes, quienes deseen obtener una licencia podrán tramitarla a través de otra Federación Territorial o directamente a la Federación Española de Automovilismo". En el primer caso, la tramitación será ordinaria, mientras que en el segundo el solicitante tendrá una reducción del 50% con respecto al precio oficial.

La Catalana, por su parte, que tiene sus estatutos adaptados y aprobados por la Generalitat, envió a la Dirección General de Deportes de la Generalitat, así como al CSD, una copia de la carta enviada por la FEA así como la documentación oportuna para demostrar la discrepancia económica con la Española.

Por debajo de este enfrentamiento por motivos económicos entre Sandro Rocci, presidente de la FEA, y Jordi Viñas, de la Catalana, subyacen otros problemas. De una parte, la grave situación económica a la que ha llevado a la FEA su actual presidente, Sandro Rocci. De otra, el rechazo a la política no sólo económica, sino también deportiva de la Española por parte de la Catalana, que decidió acogerse a la nueva normativa dictada por la Dirección General de Deportes de la Generalitat como un primer paso para una mayor autonomía.

La estructura organizativa de la Federación Española de Automovilismo ni siquiera atiende a la división autonómica del Estado. Necesitada de fuentes de financiación para subvencionar sus gastos, casi exclusivamente burocráticos, busca en las Federaciones Territoriales unos ingresos que éstas necesitan para proteger y promocionar el deporte de base y, en algunos casos, hasta para sobrevivir.

Lo extraño de la maniobra de la Española no es sólo el proceder a unos descuentos que pueden sentar un grave precedente. Ni el posible nulo sustento jurídico de su decisión. Ni tampoco el que los pilotos que saquen sus licencias deportivas en Cataluña a partir del pasado día 10, al no estar éstas cursadas por la FEA a la Mutualidad General Deportiva, no estén cubiertos ante un posible accidente. Es, también, la discriminación por parte de Sandro Rocci, que incluye en su equipo a un federativo expulsado de la Federación anterior por problemas económicos y que, presuntamente, debe una importante suma de dinero a la Federación.

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