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Bostezos veraniegos

El mes de agosto continúa produciendo implacablemente sesiones que, de no ser por la fecha, sería prácticamente imposible distmguir unas de otras. La escasez en la contratación, los bostezos, los saltos casi convulsivos al alza o a la baja en algunos valores, todo se repite incansablemente para desesperación de propios y extraños. Incluso el dólar avanza como una apisonadora, sumándose así a este fluir monótono de hechos siempre iguales a sí mismos.La sesión de ayer resultó algo floja para ser la primera de la semana, que habitualmente suele ser la más movida de todo el ciclo, pero parece que hasta los más tenaces de los inversores van desistiendo de sus propósitos y se van retirando a descansar ante las dificultades que presenta el mercado para la inversión a corto plazo. La dinámica inherente a este tipo de movimientos no encuentra eco en estos momentos en los mercados de valores, en los que las pocas operaciones que se hacen les convierten en algo parecido a un plato de habas contadas.

La evolución sectorial debida generalmente a las expectativas, o a su ausencia, que puede generarse en tomo a un grupo de valores, hace tiempo que dejó de existir, quedando en su lugar una serie de hechos aislados que al final se reflejan en un índice, único punto que mantienen en común estos valores. Ayer el sector eléctrico fue un buen ejemplo de este tipo de comportamiento, al producirse en su interior variaciones, tanto positivas como negativas -Iberduero menos 0,75, Sevillana más 1,25-, al tiempo que otros valores optaban por la repetición. El único valor del grupo sobre el que la inversión a corto mantiene algunas esperanzas es Enher, y como casi siempre las expectativas van de la mano de una hipotética oferta pública de adquisición.

Los títulos bancarios también se están viendo afectados por esta situación, a pesar de que el saldo por caja para los siete grandes se vio reducido a casi la mitad. Tres de estos valores, Bilbao, Popular y Banesto, presentaban una demanda que no pasaba de ser discreta, pero que de todas maneras sirvió para que los dos primeros mejoraran sus cotizaciones en tres y seis enteros, y el Banesto, que ayer iniciaba su ampliación de capital, descontase casi íntegro el derecho de suscripción, sin ningún tipo de problemas. En este mismo sector se pagaron ayer dos dividendos a cuenta del presente ejercicio; el banco Herrero, de 58,80 y Bankinter de 60,27, recuperándolo íntegro el primero y descontándolo el segundo.

En donde fueron las cosas algo mejor fue en el grupo de 4a construcción, en el que las compañías cementeras están pasando por un buen momento en cuanto a la demanda de sus títulos, y en las constructoras se produjo la esperada recuperación de Dragados. En el subsector de las inmobiliarias apenas hubo actividad, con lo que el índice del grupo logró subir casi un punto.

Petróleos sigue siendo uno de los valores favoritos de las fechas veraniegas, y tras unos cuantos días de actuaciones flojas en las que perdió unos enteros, parece haber alcanzado su punto más bajo desde el que ha logrado rebotar hasta alcanzar su zona habitual. El sector siderúrgico sigue viéndose arrastrado por la caída de FASA, sin que la buena actuación de otros valores del grupo pueda hacer nada por frenarla. En Barcelona, sin embargo, fue la subida de este sector una de las principales causas de la mejora de 65 centésimas que registró el índice general. Bilbao, que ganaba seis y Valencia, que perdía 26, eran, junto con las siete que subió el indicador madrileño, los pobres resultados de esta sesión.

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