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Inquietud de Turquía por la suerte del oleoducto con Irak

La advertencia del ministro turco de Exteriores, Ilter Turkinen, de que Irak e Irán tendrían que abstenerse de dañar con su guerra los intereses de Turquía en la región, constituye la primera toma de posición de Ankara en el conflicto del golfo Pérsico como parte interesada.Esta declaración, hecha pública el pasado lunes, tiene lugar tan sólo unos días después de que Rafsanyani, hoyatoleslam que representa al imán Jomeini en el órgano militar supremo, declarara que los territorios conquistados por Irak en estas ofensivas podrían servir de plataforma de acción contra el oleoducto que saca el petróleo iraquí de Kirkuk, el Mediterráneo Turco.

El ministro turco de Asuntos Exteriores manifestó precisamente sus temores de que dicho oleoducto resultara amenazado por las ofensivas iraníes en zonas kurdas del norte de Irak, no lejos de la frontera con Turquía.

El hecho es que el oleoducto que va desde Kirkuk hasta el territorio turco es la yugular económica de Irak, al habérsele cerrado a, Bagdad las salidas del golfo Pérsico y de Siria. Ello sitúa a Irak en una clara dependencia geoestratégica de Turquía, único país musulmán de la OTAN y segundo ejército del pacto atlántico.

Ya en su número del 25 de junio, refiriéndose a las incursiones antikurdas del Ejército turco en territorio iraquí, autorizadas por Bagdad, comentaba la revista iraní Payana Ngalab, órgano de los guardianes de la revolución (pasdaranes) de Jomeini: "La entrada de las tropas turcas en Irak podría haber tenido como objetivo los campos petrolíferos del norte de Irak, en Kirkuk".

"Esto prueba", seguía el artículo, "que tenemos que darnos prisa para echar a Sadam. Husein y establecer un Gobierno islámico, porque esta acción de Turquía, de alguna manera, directa o indirectamente, constituye interferencia de la OTAN en la guerra".

Garantizar la seguridad

El 10 de junio pasado, Ilter Turknien atribuía a aquel paso del Ejército turco a territorio iraquí "el único objetivo de garantizar la seguridad en el área" y aseguraba que los Gobiernos turco e iraquí proseguirán sus contactos y consultas para "restablecer la seguridad y la calma en esa región a largo plazo".

La intervención de alcance limitado de las tropas turcas en territorio iarquí coincidió con el desarrollo en tomo a Erzurum, Turquía oriental, a unos 400 kilómetros de Irán, Irak y la Armenia soviética, de las maniobras de fuerzas especiales de intervención inmediata de la OTAN.

El cierre de la frontera turca significaría para Irán la dependencia total de la Unión Soviética, país que se convertiría en su único istmo p osible con Europa. El pasado febrero se firmaba un acuerdo ferrovíario irano-soviético, seguido por la represión de los comunistas iraníes del prosoviético partido Tudeh.

Por todo ello, el régimen islámico de Teherán es sumamente cauto y correcto en su trato diplomático con el régimen militar turco, heredero ideológico de Keinal Ataturk, el hombre que contagió sus ideales laicos al Irán de la dinastía Pahlavi, derrocada por el jomeinismo.

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