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Barrionuevo paseó ayer por San Sebastian y Guetaria, tras asistir al funeral por los guardias civiles asesinados

El ministro del Interior, José Barrionuevo, paseó ayer por las canes de San Sebastián y de Guetaria después de presidir en Zarauz los funerales por los dos guardias civiles asesinados el domingo. El gesto de Barrionuevo, se produce pocos días después de que haya trascendido a los medios informativos (véase EL PAI S M 31 de julio) la posibilidad de que ETA militar preparara un atentado contra el ministro del Interior en el País Vasco, con ocasión de una de sus visitas para asistir a los funerales por las víctimas del terrorismo. Barrionuevo tomó un chacolí en un restaurante de Guetaria y una cerveza en una cafetería de la avenida de la Libertad de San Sebastián, en el punto más céntrico de la ciudad, donde conversó con algunos informadores.

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Los funerales por los dos guardias asesinados tuvieron lugar a mediodía en una iglesia de Zarauz, con la presencia del delegado del Gobierno en la comunidad autónoma, Ramón Jáuregui; el consejero de Interior del Ejecutivo autónomo, Luis María Retolaza; el secretario del PSE-PSOE, José María Benegas; el gobernador civil de la provincia, Julen Elgorriaga, dirigentes de partidos políticos y autoridades policiales y militares. El clima de indignación contenida en que se desarrolló la ceremonia religiosa, explotó al final a la salida del templo, dando lugar a escenas emotivas, protagoniza das por los familiares de las víctimas. Arremolinándose en torno a las autoridades, algunas de las personas asistentes al funeral re clamaron la adopción por parte del Gobierno de medidas más enérgicas en la lucha antiterrorista. Hubo gritos esporádicos de "Justicia", "más dureza", "más palo", y otros de contenido parecido, a los que se unió un "¡Viva Tejero!" que no fue secundado. Una de las viudas de las víctimas se dirigió al ministro implorándole entre sollozos: "Haga algo, señor; habrá más muertos". Barrionuevo abrazó y consoló a los familiares, mientras arreciaban los aplausos y los vítores a España y a la Guardia Civil; Los féretros, cubiertos con sendas banderas españolas sobre las que descansaban los tricornios de las víctimas, fueron trasladados a hombros de policías nacionales y guardias civiles,- algunos de los cuales, compañeros de los asesinados, no pudieron contener sus lágrimas. Antes de que la comitiva abandonara los portales del templo, ,después de escuchar el himno de la Guardia Civil cantado por una compañía del Cuerpo, formada ante la iglesia, un grupo de personas reprochó en alto a Carlos Garaikoetxea, -presidente del Gobierno, vasco, su ausencia en el funeral. Traslado a pie Varios centenares de personas esperaban en los alrededores la salida de los féretros, que fueron trasladados por vía aérea a las localidades de Verín (Orense) y Valencia de las Torres (Badajoz) de las que eran naturales las víctimas. El traslado de los cuerpos desde el puesto de la Guardia Civil de Zarauz hasta la iglesia fue realizado una hora antes a pie, atravesando la calle principal de la ciudad, ante hileras de personas que permanecieron en silencio al paso de la comitiva fúnebre. Abrazada al padre de uno de los guardias asesinados, una de las viudas repetía entre sollozos: "¿Por qué, por qué?; son personas como vosotros7. Finalizada la ceremonia religiosa, Barrionuevo y el resto de las autoridades se dirigieron a Guetaria, localidad donde se produjo el atentado. A preguntas del ministro, un mando de la Guardia Civil señaló que los guardias asesinados realizaban desde, hace sólo quince días el servicio de vigilancia de las embarcaciones de contrabando incautadas. Indio que en el momento del atentado se encontraban en el lugar varios cientos de personas y que ninguna de ellas se ha ofrecido a aportar datos que permitan reconstruir con exactitud los hechos e identificar a sus autores. Un sacerdote rezó un padre nuestro en el punto exacto, ayer rodeado de flores, donde cayeron muertos los agentes. Posteriormente, el ministro penetró en un restaurante de la localidad donde bebió un chacolí en compañía del delegado del Gobierno en el País Vasco, del consejero del Interior, del gobernador civil y del secretario del PSE-PSOE. Ya en San Sebastíán, Barrionuevo permaneció por espacio de una media hora consumiendo una cerveza en una cafetería de la avenida de la Libertad, a la quea cudieron algunos medios informativos.

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